vida espiritual

Vivir una relación de amor es hermoso, todos necesitamos sabernos amados, ¿recuerdas las veces en que sentiste decepción porque un amigo traicionó tu confianza?, ¿Recuerdas esas veces que peleaste con mamá y papá y sentiste que no te entendían? El amor tiene múltiples rostros con los cuales hay que aprender a vivir. Sin embargo, ¿cómo se alimenta esa relación? De eso te quiero hablar en este post, de cómo nutrir la vida espiritual.

1. Recuerda que el amor tiene un punto de partida

vida espiritual

Al enamorarnos, todos hemos tenido un punto de partida. El lugar donde todo empieza. Cuando amamos a alguien, siempre hay un lugar donde lo conocimos. A veces, una persona que nos presentó a los dos.

La relación empezó y todo empezó a marchar bien hasta formalizarse como relación. Podríamos pensar «¿dónde conociste a tu pareja?» o «¿cómo han sido tus historias de amor?». 

Es importante cultivar la memoria para recordar cómo empezó nuestra historia de amor.

2. Reconoce el punto de partida de nuestro amor a Dios

vida espiritual

Una vez me hicieron una pregunta durante un taller: «¿cómo empezó tu amistad con Dios?». Cada quién seguramente contestará esta pregunta de manera personal, porque el Señor nunca llama por igual a las personas.

Hay quienes son llamados en lo cotidiano de su día, otros en una montaña, en una experiencia de sufrimiento, en el testimonio de entrega de otro consagrado, en el testimonio de un matrimonio santo, en su jornada laboral, etc.

Y tú, ¿sabes cuál es el punto de partida de tu amistad con Dios? Pues bien, de ese encuentro inicial ha surgido una historia de amor, que se vive en singular y que se actualiza día tras día. El amor que Dios quiere darte es un amor personal, no un amor distante ni en serie: Dios nos llama en lo personal.

3. Alimenta ese amor en lo cotidiano

En el Evangelio, el Señor nos relata la parábola de las diez vírgenes (Mt. 25, 1-13); de 10 vírgenes, de las cuales 5 eran necias y 5 prudentes. Las 5 necias no cuidaron tener el suficiente aceite para esperar la llegada del novio con las lámparas encendidas, mientras que las 5 prudentes si lo hicieron.

Luego estaban necesitando el aceite para mantener la lámpara encendida y no sabían de donde tomarlo. Dios ha dejado una llama encendida en nuestro corazón, la llama de su amor.

Pero nos corresponde a nosotros cuidarla y hacer que esa llama crezca y sea fecunda en nuestras vidas, para que no nos pase lo mismo que a las vírgenes necias, a quienes se les apagó.

Si ese amor no se alimenta, si esa llama no se cuida, corre el riesgo de empezar a marchitarse, a apagarse. Por eso, es necesario hacerla crecer.

4. Cuida los medios que utilizamos

Es verdad que tenemos la necesidad de alimentar nuestra vida espiritual, como también tenemos que alimentar nuestro cuerpo y nuestra mente.

Sin embargo, tenemos que ser conscientes de los medios que estamos utilizando para estos fines, ciertamente aprender a utilizar los medios oportunos. Para esto nos va a ayudar a hacer que nuestra vida espiritual crezca y madure, por supuesto sabiendo que en la vida espiritual, es el Espíritu Santo el que la hace crecer y madurar con nuestra cooperación y disposición personal.

Muchas veces no somos conscientes de aquello que le damos a nuestra amistad con Dios para nutrirla. Detenernos a pensar en esto nos ayudará también a tomar consciencia de aquellos medios que estamos usando que nos pueden herir.

Casi que sin darnos cuenta, caemos en rutinas y hábitos que interiormente pueden dividirnos, herirnos y finalmente distanciarnos del Señor. Por eso es necesario estar atentos para que a la llama de la fe no se le acabe el aceite.

A propósito: en este artículo te mencioné que así como nutrimos el cuerpo, hemos de nutrir la vida espiritual. ¿Y si además te dijera que existe una relación entre ambas cosas? En el nuevo curso online que hemos desarrollado: «Divina Nutrición. Claves científicas y espirituales para una alimentación saludable», también te contaremos qué tiene que ver la alimentación con la Teología del Cuerpo. Es decir, sí, hay una relación entre ambas cosas 😉

Los autores Gary e Isabela cuentan con un proyecto, Volver a lo esencial, donde tratan más temas sobre el amor humano.