Natividad de la Virgen María

Celebramos la fiesta de la Natividad de la Virgen María. Quiero contarte que, para mí, este tipo de fiestas me hacen enamorarme más —si eso es posible— de la Iglesia Católica. Sí, es verdad, en la Iglesia hay muchas cosas que podrían ser diferentes. Es decir, hay muchas personas que, por su pecado, hacen daño a la Iglesia, pero la Iglesia en sí es santa. ¿Por qué? Pues porque el Espíritu es quien la guía y la fortalece.

Nuestra Iglesia nos invita a recordar eventos maravillosos y a conmemorar la vida de personas que merecen ser recordadas, como los santos. Es verdad que la Virgen no es como todos los santos. ¿Por qué? Porque ella fue concebida sin pecado original, es decir, que en ella no hay rastro de pecado.

Quiero compartir contigo este precioso poema de Lope de Vega. ¡Es perfecto para leer y meditar en el día de la Natividad de la Virgen María!

Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.
Digan, Señora, de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.
Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
Y nosotros, que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también,
el corazón y las manos.
Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén. (Lope de Vega)

Al meditar en la Natividad de la Virgen María, podemos contemplar la perfección de los planes de Dios. Él quiere que, después del pecado y de la caída, todos los hombres se salven y lo conozcan a Él. Decidió que su único Hijo se encarnara de María Santísima.

El tema es que Dios, que es todopoderoso, que sabe perfectamente cuál es el plan y su deseo para toda la creación, el encuentro cara a cara con Él, quiso que la mujer que iba a ser la Madre de la Segunda Persona de la Trinidad, su Hijo, el Amado, no tuviera rastro de pecado y así fue.

Si María no tuvo pecado, fue para ser el seno Virginal que acogería a Dios mismo y le daría carne. Este es un dogma de fe. Entra dentro del misterio de Dios, que no es irracional, porque podemos intentar entender las razones para esto. Pero sí necesitamos la fe para poder acercarnos al corazón de Dios y ese anhelo reencontrarnos con Él.

¡Canten los Ángeles!

Natividad de la Virgen María

Es bien sabido que los ángeles existen y que tienen un plan y una misión. Hay ángeles que han sido creados para el coro celestial y esa es su misión: cantar Gloria a Dios. Pensemos en que los ángeles conocen el plan de Dios. No sabín ni el día ni la hora, pero sabían que Dios crearía al ser humano a su imagen y semejanza —por esa razón Luzbel dio la espalda a Dios—.

Los ángeles sabían de la Encarnación. Imagínate por un momento que los ángeles estaban ahí, viendo que la mujer que había sido elegida para ser la Madre de Dios, iba a nacer.

Me imagino la alegría de los ángeles al ver que el plan de Dios sigue adelante. Y, también, la ira de los ángeles caídos, de los que rechazaron el plan.

La natividad de la Virgen María: su concepción sin pecado

Explicar que María naciera sin pecado podemos comprenderlo desde el hecho que —y esto es una reflexión personal— el miedo al plan de Dios tiene que ver con nuestro pecado. Es decir, que en el momento en que el ángel le dice a María que va a ser Madre, no pasa mucho antes de que ella responda «he aquí la esclava del Señor».

Ella estaba lista, sin ningún pecado, para acoger a Dios en su seno. Yo realmente creo que la Virgen fue absolutamente libre para decir que sí, porque es el pecado el que nos quita la libertad. Ella fue siempre libre y por eso pudo unirse de manera perfecta a la voluntad del Padre.

Desde su nacimiento, María dijo que sí a Dios. Su corazón siempre estuvo en sintonía con el amor de Dios. Ella, su hija pequeña, la niña de sus ojos, siempre caminó en el plan diseñado por Dios para la felicidad completa, que viviremos todos los que lo deseemos en el Cielo.

En María se cumplen todas las promesas del Padre. Ella que ha Ascendido a los Cielos, interceda por nosotros para que seamos capaces de rechazar el pecado y vivamos como ella, llenos de gracia.