

Vivimos en un mundo que cree e intenta convencernos de que la maternidad es un obstáculo terrible, que convierte los sueños de juventud de las mujeres en terribles pesadillas.
Es tan fuerte esa propaganda que es usual que podamos llegar a creer que somos producto de la frustración de nuestras madres y, por tanto, entendemos e incluso alentamos que las mujeres jóvenes retrasen la maternidad mientras logran sus sueños. O por aún, que cierren por completo las puertas a la vida.
En ese contexto, los testimonios presentados en este video resultan reveladores: Las madres no solo no se lamentan ni arrepienten de haber dejado atrás esos sueños de éxito laboral o deportivo. No solo eso, no. Incluso ahora mismo sacrificarían más por sus hijos.
Estos testimonios derrumban esa leyenda negra, construida por tantos años de un adoctrinamiento feminista, que expone como una “lucha de clases” la maternidad y el éxito. No lo es en lo absoluto.
Además, este video nos llama a un cuestionamiento serio, que podemos realizar en nuestros grupos de pastoral: ¿Pensábamos que la maternidad es un obstáculo para las mujeres? ¿Valoramos y correspondemos ese gran amor que tienen nuestras madres? ¿Alentamos y ayudamos a las mujeres con las que nos relacionamos diariamente a una sana y fructífera maternidad?
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