Sí, otra vez yo hablando de fútbol, pero esta vez vamos a hablar de mujeres y de verdadero feminismo, si es que puede encontrar lugar esa palabra en un post como este.

Y si vamos a hablar de mujeres, tenemos que nuevamente echarle porras al seleccionado croata, merecido subcampeón del mundo y que a muchos nos hubiera gustado ver levantar la copa. El seleccionado de fútbol Croata, por la historia que ha sufrido el mismo país, merece desde el inicio una mención honrosa. Y en cuanto a mujeres destacadas, su Presidenta, la Señora Kolinda Grabar-Kitarovic, (quien se robó el show en la ceremonia de premiación de la final) y la manager del equipo, la Sra. Iva Olivari nos dejan una muy bonita muestra de cómo lo femenino se complementa a la perfección con lo masculino.

La Sra. Kolinda Grabar-Kitarovic no se robó el show solo porque la lluvia no pareció importarle, sino por su actuar a lo largo de la copa (notas virales podemos encontrar en toda la red). La ternura, alegría y atención que prestó a cada miembro de su selección y de la selección adversaria impresionó a todos. Mientras la miraba no podía dejar de pensar en lo mucho que a mi me hubiera gustado abrazar con la misma ternura a estos jugadores que lo habían dejado todo en la cancha. Un abrazo que hablaba de maternidad por donde lo vieran. (Vale aclarar que rechazamos tajantemente la posición pro aborto que la señora Kolinda pudiera tener. Este post no pretende entrar en ese punto sino más bien resaltar el rol de una mujer protagonista dentro de un espacio que hasta el momento pareciera haber sido reservado solo para varones).

La otra mujer fue la señora Iva Olivari, manager del equipo croata, que también fue la primera mujer en sentarse en el banco de los suplentes a pedido de todo su equipo. Ella se encarga de toda la gestión y trámites relacionados al plantel. Es la primera en llegar y la última en irse. Su actuar es tan bueno y cercano a los jugadores que su presencia es absolutamente necesaria: «Es una persona estupenda, nuestro ángel de la guarda. Todos la queremos mucho» (Daniel Subasic, portero del equipo Croata).

Hay que prestar atención a lo que ha pasado aquí y reflexionar algunos puntos:

1. La importancia de saber que en todos los espacios se necesita de ambos

He escuchado decir muchas veces: “qué distinto es, cuando hay una mujer a cargo”, o frases como: “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” (la frase funciona también al revés). La sabiduría y refranes populares esconden dentro verdades que necesitamos ahondar un poquito más, sobre todo en momentos históricos como el que vivimos, en que pareciera que lo femenino es lo mejor y lo masculino, o mejor dicho los hombres, por el simple hecho de ser hombres son el enemigo. En este sentido, esta selección croata nos ha enseñado que hay espacio para los dos y cuando ambos trabajan en lo que cada uno sabe hacer y se complementan, trabajan como equipo mirando hacia el mismo lado y abrazando la diferencia… la fecundidad se hace presente. Los frutos son tangibles.

2. La fortaleza y tenacidad masculina

Es delicado tocar este tema sobre todo ahora que pareciera que es absolutamente necesario criar mujeres fuertes por sobre todas las cosas. Enaltecemos la fortaleza femenina y nos olvidamos que la fortaleza y la tenacidad son atributos muy propios de lo masculino. Sin que esto signifique que las mujeres no podamos ser fuertes y tenaces. A lo que me refiero es que por naturaleza la fortaleza y la tenacidad han acompañado a lo masculino, desde el mismo “diseño” de su cuerpo. Qué tal si volvemos la mirada hacia ahí. Cuando un hombre es fuerte y tenaz y orienta éstas capacidades hacia el bien y la verdad los resultados son simplemente asombrosos. La historia del ser humano está plagada de estos ejemplos.

3. Lo maternal en las mujeres es algo intrínseco

Titulares como el de “La presidenta de croacia mamá del mundo” nos hablan a gritos de esta capacidad. La maternidad, independientemente de que tengas hijos o no es algo propio de las mujeres. Y además es algo absolutamente hermoso que para nada es freno sino más bien es potencia. El consuelo, la empatía, la ternura, el acoger y nutrir es algo tan propio y que definitivamente no solo sirve para criar a los hijos, aquí vemos dos mujeres que se despliegan en su profesión y hacen uso de sus capacidades especiales como mujeres.

Quisiera terminar este post recordando las palabras del Papa Francisco:

«La mujer no es una “réplica” del hombre; viene directamente del gesto creador de Dios. La imagen de la “costilla” no expresa de ninguna manera inferioridad o subordinación sino, al contrario, que hombre y mujer son de la misma sustancia y son complementarios. También tienen esta reciprocidad».

Necesitamos encontrar esos espacios de reciprocidad, espacios que se aprenden dentro de la familia pero que no solo se limitan a esta.

¿Qué piensas tú sobre este tema del que se ha hablado tanto en estos días?