

Damos inicio a una nueva etapa del post comunitario. Algunos miembros del equipo de CatholicLink, nos comparten sus respuestas y opiniones sobre una campaña que lanzó un movimiento feminista francés que pretende hacer tomar conciencia de lo que tiene que soportar una mujer cuando camina por la calle día a día.
Interesante el experimento. ¿Es realmente posible ponerse en los zapatos del otro? El movimiento feminista tiene muchos reclamos, unos fundados y otros, no tanto. No se trata de estar a favor o en contra sino tratar de entender qué es lo que puede haber de fondo y separar un poco el trigo de la paja. ¡Empecemos viendo el video!
Mabe Andrada
Autora
Tras ver el video, se me ocurrió lo siguiente: No sabemos lo que pasa en la vida del prójimo —no estamos «en sus zapatos»—. Pero muchas veces nos sale fácil formar juicios temerarios, tantas veces parciales o erróneos.
De tener la posibilidad de experimentar en la carne del prójimo su vida, con sus vaivenes y contradicciones. Quizás actuaríamos con mayor caridad. Con la caridad que, además, esperamos o exigimos que los demás tengan con nosotros.
No es necesario hacer un experimento social para descubrir que tenemos grandes deudas con el prójimo al que maltratamos. O lo que a veces es peor, pasamos de largo indiferentemente, como si no existiera, como si no fuera una persona.
En un tiempo en que se habla mucho de inclusión y de respeto, creo que es imprescindible responder a: «¿Cuál es mi actitud hacia quien tengo a mi lado, sea quien sea? ¿Podría realmente decir que le trato, le miro, le hablo, le amo como creo que trato, miro, hablo y amo a Dios?».
Fernando Merino
Autor


Este video me parece buenísimo porque hasta que los hombres no vivamos de primera mano las cosas desagradables que pasan las mujeres, nos pueden parecer exageradas o inventadas. Si este experimento lo hiciéramos con las mujeres que participan en la Iglesia, ¿qué crees que veríamos?
¿La opinión de ellas tiene el mismo peso que la de las hombres en tu grupo?, ¿los cargos de servicios y alimentación en los retiros solo se lo dan a chicas?, ¿en el consejo de tu comunidad hay tantas mujeres como hombres?
Aún tenemos mucho por mejorar, pero mientras haya más empatía, como la hay en el video y como nos lo pide Jesús, iremos por buen camino. ¡Ánimo familia!
Andrés D´Angelo
Autor


Cerca del final de los años ’60, en la ciudad argentina de Córdoba existía un personaje pintoresco. Se lo conocía como «Jardín Florido», de riguroso frac, a veces de galera, con un clavel en el ojal decía frases galantes a las mujeres cordobesas.
Frases que sonrojaban a algunas, pero hacían reír a todas, indefectiblemente, porque el hombre era, como dice una canción que lo recuerda, «un caballero de ley».
Hoy, ese caballero de ley podría ser detenido y puesto a disposición de la justicia por acoso callejero, ya que en Córdoba se declaró que cualquier piropo es acoso. Ni tan peluda que tenga dos pelucas, ni tan calva que se le vea el seso. Lamentablemente vivimos en una época en la que el piropo se ha convertido en una agresión por sí misma: el muchacho de este video recibe solo frases lascivas o groseras, y naturalmente se siente incómodo por la bajeza de los hombres que solo lo ven como objeto sexual.
La misma cultura que exhibe a la mujer como objeto se queja del resultado de esa objetificación. No parece probable que vuelvan los tiempos de «Jardín Florido», al menos en un futuro cercano. Y por esa sencilla razón tampoco volverán los piropos galantes, esos que halagaban y provocaban la risa de las mujeres. ¡O témpora, O mores!
Pablo Perazzo
Autor
Efectivamente el chico no tiene idea de lo que vive una mujer hoy en día, en esta cultura tan hipersexualizada en la que son vistas como objetos de placer. ¿Realmente no hay diferencia?, «los dos hacen bebés»… Pienso en todo el esfuerzo que se pone actualmente por querer igualar a las mujeres con los hombres.
Y al final, creo yo, se «desvalorizan» las cualidades de cada uno en vez de realzar la dignidad que tienen. Podríamos hacer una crítica al feminismo, que quiere demostrar cómo se tratan mal a las mujeres, lo cual es verdad… pero, paradójicamente, defienden la «libertad» a toda costa, que uno diría: «bueno, sean consecuentes con lo que ocasiona el vestirse y mostrar lo que se les da la gana».
Pienso que la manera como el chico se da cuenta que tratan a las mujeres, es la evidencia empírica, de una sociedad que ha cosificado a la mujer. El feminismo trata de defender esa «igualdad» que buscan, mostrando el maltrato… (creo que es la intención del video, por las varias «palabritas» que ponen para los hombres al final del video).
Pero en realidad, lo que se está mostrando es la cultura en la cual vivimos. Mientras no haya una valoración adecuada de la mujer y del varón, las cosas —creo yo— seguirán empeorando cada vez más.
El hombre y la mujer son imagen y semejanza e hijos en el Hijo. Cada uno muestra la grandeza de la naturaleza humana. La igualdad está en que ambos son igualmente dignos y merecen las mismas oportunidades considerando sus diferencias.
Cuando la igualdad tiene que ver con cosificar a ambos o con darle el «derecho» a los dos de tratarse como una cosa (sexo por dinero, pornografía, placer vacío, etc.) es de entender lo que sucede en el video.
Ahora es tu turno, cuéntanos en los comentarios qué opinas sobre este video. 😉
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