

Cuando hablamos de deporte, especialmente del deporte de alta competencia, ¿de qué hablamos? ¡Hablamos de rivalidad, de esfuerzo, de querer aprovechar hasta la más pequeña ventaja que nos da el contrario!
Todo el mundo entendería que si el rival o algo de las circunstancias del juego o del partido me otorgara una pequeña ventaja, por pequeña que sea, yo como «profesional» del deporte debería aprovecharla, ¿Verdad?
Pues no, no siempre. Muchas veces vemos a los deportistas como egoístas o como «máquinas de competir» (y de ganar, obviamente), y otras tantas ellos mismos aportan a esa visión con posturas de superestrellas o de «divas» del deporte.
Por eso es que estas recopilaciones de videos que te comparto hoy me encantan. Porque muestran el costado humano, el costado solidario, el «lado amable» de la alta competición deportiva.
Cuando los deportistas muestran su «lado amable», es cuando más queridos y «queribles» se nos hacen. Cuando dejan de ser los ídolos que son, para convertirse en personas cercanas, con sentimientos de gente corriente, pero con una nobleza que muestra una enorme grandeza.
Estar en la cima
Reconozcámoslo: estar en la cima no es fácil. Requiere disciplina, requiere constancia. Requiere esfuerzo y sacrificio, y llegar a la cumbre de los deportes de alta competición implica muchos, muchos sacrificios que nosotros no siempre vemos.
Cuentan que Messi entrenó entre ocho y 10 horas todos los días desde que tiene 12 años para ser el gran deportista que es. Y así con todo: si alguien llega a una cima, es generalmente porque ha invertido una parte enorme de su vida en un esfuerzo continuado, y está donde está generalmente porque se lo ha ganado con base a ese esfuerzo.
Mucha gente envidia esa posición privilegiada del deportista, pensando que son afortunados, que «tuvieron suerte» o que lo lograron porque nacieron con un talento especial. No voy a negar que el talento es una gran parte, pero sin la disciplina, sin el esfuerzo continuado, no hubieran llegado nunca a donde llegaron.
Serían habilidosos en un grupo de amigos, serían grandes promesas… fallidas. Pero no es el caso de estos grandes deportistas. Ellos se esforzaron y llegaron.
El precio de la fama
Allí donde está la cumbre, también está la soledad. Porque cuando uno se convierte en famoso, ya no es lo mismo salir a la calle. Se deja de ser anónimo, se está constantemente en el «candelero» y eso ciertamente debe ser agotador.
Debe cansar en cierto punto tener que estar siempre sonriendo, firmando autógrafos, sacándose fotos sonriendo con personas que uno acaba de conocer hace un momento. Seguramente lo peor es cuando la gente «se apropia de uno» y le exige el saludo, la firma, la sonrisa y la selfie. Y el público que idolatra al deportista, se vuelve un poco… cargoso.
Es muy frecuente que encontremos a gente que maltrate a un famoso, solo porque este no quiso hacer lo que él quería que hiciera. Que publique en redes sociales un momento de enojo del famoso, después de haber estado acosándolo durante cinco o diez minutos. Y también es cierto que fácilmente creemos que esa es la cara de los famosos, cuando es nada más que un momento de furia ante el acoso de gente desconsiderada.
Las brujas no existen, pero que las hay, las hay
Hay deportistas que sí son agresivos, o malhumorados, y que no tienen «feeling» con el público. Es natural y muchos de ellos tienen hasta un «marketing de la mala onda» agrediendo incluso a quienes no les prestan atención.
Son personajes hasta cuando no están en un escenario, es parte de su estrategia de comunicación, y la gente juega con eso, y todos se divierten, porque es un juego inofensivo para todos.
Hay deportistas que tienen simplemente «mala fama» de divos, o de mala relación con sus pares o con su público. Y sin embargo cuando muestran este tipo de «buenas acciones» que vemos en el video que hoy te comento, sorprenden el doble.
Todos queremos ser buenos y hacer buenas acciones
Nadie quiere estar peleando con todo el mundo, ni ser tan despreciable de aprovechar todas las oportunidades que el deporte les da en su beneficio.
Cuando por ejemplo Cristiano Ronaldo, que tiene fama de «divo» acompaña a Cabani afuera de la cancha, la reacción del locutor es que lo hace «para acelerar la salida de la cancha de su rival», para apurar la reanudación del partido.
Y sin embargo no es así, Ronaldo ha demostrado en muchos partidos que se preocupa por sus compañeros o adversarios lesionados, los ayuda y conforta.
Tenemos tendencia a ver que los demás tienen motivaciones egoístas. Pensamos, si lo hace «es porque lo está mirando todo el mundo», «porque vende más», etc. Pero en este video vemos cosas extraordinarias.
Por ejemplo, cuando Djokovich invita al chico que sostiene el paraguas a que se siente con él, y luego le convida una gaseosa, le sostiene el paraguas y brinda con él. ¡No tenía ninguna necesidad de hacerlo! Al chico le pagaban por sostener ese paraguas, y ya se sentía bastante privilegiado evitando que el jugador se mojara. Pero sentarse con su ídolo, y poder tener una conversación de tú a tú delante de los ojos de todo el mundo, es extraordinario.
Toda bondad es reflejo de la bondad Divina
Santo Tomás de Aquino decía: «Toda verdad, dígala quien la diga, proviene del Espíritu Santo». Y yo creo que toda virtud es inspirada por el Espíritu Santo.
Más allá de las consideraciones de si después hablamos bien o mal de ellos, los deportistas famosos son tan humanos como nosotros. Así como están sometidos a las mismas tentaciones que nosotros, también reciben las inspiraciones del Espíritu Santo al igual que nosotros.
La diferencia es que nuestras buenas acciones quedan ocultas, porque tenemos una vida oculta como la infancia de Jesús. Pero ellos, que están a la vista de todo el mundo, y que todo el tiempo los están filmando, tienen también estas inspiraciones, y cuando son dóciles al Espíritu Santo, también nos inspiran a nosotros. Cosa que probablemente también esté en el plan del Espíritu Santo.
¡Hagamos muchas obras de bondad!
¡Dejémonos inspirar por el Espíritu Santo! No importa que nosotros no estemos en el centro de las miradas del mundo: ¡Estamos en el centro de la mirada de Nuestro Padre, y somos sus manos para hacer el bien en el mundo!
Si los gestos que vimos en este video sobre el deporte inspiraron a millones, nuestros gestos, tal vez más pequeños, tal vez más sencillos inspirarán a dos personas que para Dios son imprescindibles: a quien tú ayudas, y a ti mismo.
¡Que Dios te de el ciento por uno en esta vida por los pequeños actos de bondad que hagas y después la vida eterna!
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