metas en la vida

Con un nuevo año llegan nuevos anhelos, nuevos sueños; uno se plantea lograr aquellas cosas que no pudo alcanzar el año anterior. Y así es muy común que nos propongamos metas en distintos ámbitos de la vida: laboral, de salud, emocional, social.

Todo esto está muy bien y es necesario, porque un barco que no tiene rumbo estará a la deriva siempre, y luego correrá el riesgo de hundirse por estar a la deriva tanto tiempo.

Sin embargo, hoy quiero compartirte consejos para las «metas en la vida espiritual», aquellas que tienen que ver con nuestra relación con Dios, con Aquel que nos ha amado hasta el extremo. Recordemos que, al hablar de metas en la vida, la principal es el Cielo: donde nuestro corazón descansará reposando en la voluntad de Dios.

Entonces, este año debemos arrancar con toda la voluntad, con mucho ánimo, pero principalmente abandonados en la Divina Voluntad, confiando en la Misericordia de Dios.

Dado que el mismo Jesús nos enseña en el Evangelio que «todo lo demás vendrá por añadidura», te puedo asegurar que ordenando tu relación con Dios serás capaz de ordenar todos los demás aspectos de tu vida.

1. Trabajar en una virtud

metas en la vida

Es muy importante que luchemos por fortalecernos en la virtud. Definitivamente, nuestra vida sería mejor si practicáramos la paciencia, la templanza, la diligencia. ¡Y créeme cuando te digo es posible que consigamos una virtud!

Así como nos enseñan que una acción se vuelve un hábito si la repites durante 21 días, así se puede también lograr cultivar una virtud.

Una clave muy importante a la hora de cultivar una virtud es la de proponernos en un corto plazo trabajar una específica a la vez. Recuerda «el que mucho abarca, poco aprieta».

Una vez hayas cultivado una virtud, te puedes enfocar en otra. Verás cómo te ayudarán a que todos los aspectos en tu vida sean más llevaderos.

Por ejemplo, solo imagina que tu trabajo puede ser más llevadero si te propones cultivar más la virtud de la paciencia, así podrás combatir aquellos ataques de ira que te hacen estallar contra aquellos que trabajan contigo.

2. Cuidar la comunicación con Dios

Como dije al comienzo, me imagino que a estas alturas del primer mes del año muchos ya tienen una lista de propósitos y metas en la vida personal que incluyen viajes, gimnasio, etc. u objetivos laborales o financieros… pero ¿y dónde queda Dios? ¡No podemos dejar de lado nuestra relación con Dios!

Tranquilo. Cuando te menciono la importancia de orar, no pienses que te diré que tienes que pasar 8 horas en la Iglesia rezando o tu vida no tendrá sentido. Por supuesto que no.

Pero sí me permito decirte que debes en tu día a día dedicar espacios para la oración. Un error que podemos cometer respecto a la oración es que le solemos dar el tiempo que nos sobra, lo cual hace que, si en algún momento surge un imprevisto, lo primero que termina siendo sacrificado es la oración.

Proponte un espacio de 10 minutos cuando te levantas y 10 minutos antes de dormir para dialogar con el Señor.

Si quizá te cuesta la oración, te recomiendo que en ese tiempo medites en los Evangelios – qué mejor que el mismo Jesús guíe tu oración -.

También puedes poner en tu lista de propósitos visitar a Jesús en el Santísimo Sacramento al menos una vez a la semana, verás cómo tu corazón será un corazón que anhele la voluntad del buen Dios.

3. Plantearte algún retiro espiritual

No pienses que este artículo es una cuña publicitaria para las comunidades católicas que dictan retiros espirituales. Sin embargo, me permito decirte que un retiro espiritual puede ser ideal, especialmente empezando un año, para poder mirar dentro de ti y que puedas examinar lo que debes mejorar y lo que debes trabajar.

El alma también necesita de espacios de silencio y reflexión, de estar en contacto con su Creador. Toda alma necesita sanar y dejarse amar por Él.

Como lo acabo de mencionar, a la hora de hablarte de retiros espirituales no me refiero únicamente a los que dictan ciertas comunidades – si bien estos retiros son muy buenos y recomendados, puede ser que por tiempo o recursos no lo puedas hacer -. Siempre podrás vivir un retiro espiritual por tu cuenta. Eso sí, si decides hacerlo por tus propios medios, asegúrate de que te vayas a poder recoger y no te vayas a distraer.

Puedes ir a un santuario o a una capilla de adoración y, durante 3 o 4 horas, dejar celular aparte, ir con un libro espiritual y tener este momento de apartarse del ruido del mundo. Es muy posible y necesario que el silencio reine en nuestra alma.

Te confieso que a mí siempre me ha costado el tema del silencio; sin embargo, ¡qué provechoso es para el alma vivir ese momento! Porque en el silencio habla muy claro el Señor.

4. Cuidar el orden y la planificación de tu tiempo

¿La organización y productividad tienen que ver con lo espiritual? Nuestro día a día debe ir de la mano de Dios. San Josemaría decía que debemos hacer «lo ordinario como algo extraordinario». Allí radica el secreto del cristiano: en hacer cada cosa – estudios, trabajo, quehaceres, etc. -con nuestra mirada fija en el Señor.

Debemos lograr que en todo nuestro día la presencia de Dios se sienta. Y en este sentido San Agustín siempre nos recuerda «cuida el orden y el orden te cuidará».

En este contexto, la tecnología ha avanzado y nos proporciona herramientas muy útiles y prácticas para la gestión del tiempo: agendas en los celulares, listas de pendientes… son las herramientas que nos ayudarán a tener un orden claro de todas nuestras actividades.

También es muy recomendable el uso de aplicaciones de bienestar digital que controlen tu tiempo en redes sociales. Imagina cómo creceríamos en aptitudes y en virtud si dedicáramos más tiempo a la lectura o a ver una charla formativa que a andar navegando en redes sociales. Todo es cuestión de organizarnos y de buscar que en todo lo que hagamos podamos hallar el buen aroma de Nuestro Señor.

Notarás que, ordenando todas tus actividades, podrás encontrar en todo cuanto hagas la presencia de Dios.

Un recurso muy útil que puedo sugerirte es descargar nuestra guía gratuita «Guía para construir tu 2023 con propósito y metas claras». Te servirá para trazar tus objetivos (tanto personales como espirituales) y meditar en cómo alcanzarlos. Y si aún quieres profundizar en esto de la organización y productividad – y cómo se relacionan con tu propósito de vida – puedes ver nuestro curso online «Bendita Productividad: Organiza tu tiempo y cultiva hábitos positivos para una vida más equilibrada».

5. Acudir a la Virgen María para que te cubra con su manto

La devoción a María es una de las cosas más dulces que puedes adoptar en este nuevo año. No hay nada mejor que tener a esta dulce Madre como guía e intercesora. ¡Quién mejor que esta creatura que halló gracia delante de los ojos de Dios para que guíe tus pasos y tu caminar en este año nuevo!

Puedes proponerte rezar el rosario, porque el rosario arranca gracias del Cielo; tener detalles de amor con nuestra Madre del Cielo; proponerte hacer visitas a un Santuario Mariano en tu ciudad…

Esto te aseguro que ayudará a acrecentar en tu corazón la dulce devoción a María. ¡Y quién mejor que esta dulce Madre para acompañarte y llevarte cada día a Jesús!

Recuerda: pasito a pasito, se llega a la meta

En la vida – también espiritual, claro – nos fijamos muchas metas. Planteamos varios propósitos, muchos de ellos se logran cumplir, otros se cumplen a medias y quizá algunos no llegan a buen término.

Es preciso para esto que eduquemos nuestra voluntad. Que la pongamos por encima de nuestros sentimientos o nuestras emociones. Un sentimiento hoy está, pero mañana puede desaparecer, y es esto lo que hace que los propósitos se diluyan y no lleguen a cumplirse.

El ejercicio de la voluntad es cosa de todos los días y no debe ser solo de un momento o de una semana, debe ser algo constante.

Un error que podríamos cometer es el de plantearnos metas a gran escala. Esto también lo puedes aplicar en la vida espiritual: plantea metas realizables. Por ejemplo, no puedes plantearte correr un maratón, si nunca has corrido; debes empezar corriendo cortas distancias y, conforme avances… aumentas más.