El Leicester City ganó la Premiere League. Increíble. Los pronósticos de las apuestas al inicio de la temporada le daban 1 posibilidad de ganar entre 5000; es decir, para hacernos una idea, otras apuestas similares eran: a) Que Kim Kardasian (o como se escriba) saliera elegida presidenta de USA, b) Que Elvis siga vivo, c) Que encuentren al monstruo del lago Ness, y otras cosas descabelladas. ¿Quedó claro? O sea, ¡nadie se esperaba esto! Bueno, casi nadie, porque dicen que un borrachito de Leicester que le contó a la BBC que apostó €7 Euros a que su equipo ganaba. Ahora el buen hombre está a punto de cobrar €30,000 Euros.

Hay muchas cosas que decir sobre el triunfo del Leicester no se pueden decir todas aquí. Por eso me limitaré a contarles una anécdota que me ha parecido relevante y apostólica. ¿Saben quién es Harry Kane? ¿No? Yo tampoco sabía. Es el delantero estrella del Tottenham Hotspur, el equipo que venía siguiéndole la pista al Leicester City en la tabla de la Premiere League. El Tottenham no es el Chelsea, ni el Manchester City, ni el Manchester United, es un equipo bastante más modesto, pero al Señor Kane no se le ocurrió mejor cosa que publicar esta foto en su Instagram haces dos semanas:

A photo posted by Harry Kane (@harrykane) on


El mensaje era claro. El Señor Kane se sentía un león acechando a una humilde presa. Una tímida gacela, tal vez, cuyos dos mejores delanteros estaban cotizados en 2 millones mientras el Señor Kane solito es un felino cotizado en 30. ¡Qué diferencia! Pero la soberbia es un fardo difícil de cargar. Las expectativas, el buen nombre, la auto-imagen y los propios fantasmas pesan y hacen que uno ande más preocupado de su ombligo que de lo verdaderamente importante. La humildad, por su parte, es ligera. ¿Qué tenía que perder el equipo más barato de la Premiere League? La temporada había sido un triunfo con o sin título de campeones. El Leicester City consiguió el sueño más alto del fútbol ingles por obra y gracia de su peso ligero, de la humildad que no repliega ni encorva sino que permite levantar la cabeza para mirar el horizonte y alcanzarlo.

El Tottenham… o mejor dicho, el Señor Kane, corrió un suerte distinta… y Jamie Vardy, el delantero del Leicester City, ese que valía poquito poquito, se encargó de recordárselo respondiéndole con un tuit muy divertido y contundente: