Desde los primeros siglos del cristianismo, la lectura del Evangelio ha tenido un papel preponderante en el plan de vida espiritual. Así se puede constatar con la difusión de la Lectio Divina. Con esta expresión se designa una lectura meditada de la Palabra de Dios, que requiere una actitud activa en el sujeto.

Este ha de orar, meditando el texto bíblico y haciéndolo propio, comprometiendo su ser y su existir. Decía San Gregorio Magno «Aplícate, te lo ruego, a meditar cada día las palabras de tu Creador. Aprenderás a conocer el corazón de Dios en las palabras de Dios»

Los Padres de la Iglesia propusieron la lectura de la sacra pagina –o de la Biblia– a todos los cristianos. Aunque en la práctica la Lectio Divina se concretó fundamentalmente en los monasterios, donde ocupó un lugar principal entre los medios ascéticos.

La vida cristiana consiste en conocer cada vez más a Jesús

Hacerse amigo suyo. Para lo cual es indispensable conocer acerca de su vida, meterse especialmente en el Evangelio como un personaje más. Aprenderemos sobre Él, iremos descubriendo a cada uno de los personajes. Te purificarás, serás mejor.

Algunas personas tienen la costumbre de leer el Evangelio que la Iglesia propone para cada día litúrgico. Es una excelente forma de empezar, pero puede resultar más enriquecedor leerlo de forma continuada para ir formando en la cabeza, poco a poco, una película de la vida de Jesús y de la Iglesia primitiva.  

Hace pocos días el Papa Francisco estableció que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. Esto con el objetivo de recordar a todos los cristianos la fuerza que tiene. Por eso, resulta natural que esté en nuestro día esta práctica de piedad diaria.

¿Cómo se hace la lectura del Evangelio?

Esta lectura consiste en leer por unos minutos atentamente los evangelios cada día. Recomendamos iniciar con el Nuevo Testamento, al cual le puedes dedicar dos minutos de lectura, dos minutos a la explicación correspondiente y un minuto a su reflexión e interiorización. 

La lectura del Santo Evangelio constituye una fuente esencial para el conocimiento de Jesucristo, centro de la existencia cristiana, y una actividad primordial para radicar la vida espiritual en su Persona. Por eso te recomiendo hacer el curso «Entender la Biblia para rezar con la Biblia».

Es fundamental tener una buena versión de la Biblia, que contenga una explicación fiable de los contenidos. Recomendamos la versión digital gratuita de la Biblia de Navarra.

Versión latinoamericana de los Evangelios:

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Este artículo es parte de la serie plan de Vida de 10 Min con Jesús América Latina. Para ver más material sobre la serie puedes seguirnos en Instagram o Facebook. 😉