

Esta es la primera de una serie de cuatro películas, «People In Order», por encargo del canal 4 del Reino Unido en el 2006. El objetivo de este video es sencillo: Ellos se preguntan si pueden revelar algo acerca de la vida simplemente organizando a las personas de acuerdo a escalas de edad. Es un video muy creativo y creo que logra su objetivo en tan solo 3 minutos. El contar una historia o una experiencia no sería suficiente en ese tiempo para conocer a una persona, pero al plasmar la progresión de la vida como un «conteo personal» hasta el número 100, podemos decir que conocemos un poco más de lo que es la VIDA.
Elementos apostólicos:
Quisiera primero detenerme en la experiencia al ver el video. Es un video muy simpático, creativo. Me pasó que constantemente estaba sonriendo en el transcurso del video, es más cuando se detenía y no cargaba todo, quería terminarlo, me daba curiosidad ver todas las edades. En el transcurso del video me daba alegría ver la Vida transcurrir, pero conforme pasaba el tiempo y llegaba a más viejitos me invadió una gran nostalgia sobretodo en el final cuando la señora de 100 años dice algo así como: «¿Eso es todo?». La vida se pasa volando, cuando uno menos lo espera ya tiene la edad que nunca pensó que podía tener. Cabe preguntarnos: ¿Pero eso es toda la vida? ¿Acaso no anhelamos que esa vida continúe? ¿Y si eso de verdad acabara ahí? ¿Estaríamos satisfechos con ella? Podemos abordar el tema desde esa nostalgia de infinito o también podemos llamarla nostalgia de vida. Todo ser humano en la tierra no quiere acabar nunca, quiere vivir para siempre. Eso es un hecho. Es como si en nuestro ser finito, hubiera una semilla infinita, que reclama siempre más. Y no es que sea un juego, de verdad está ahí. Lo que anhelamos no puede ser mentira, porque parte de lo más profundo de nuestro ser. Tiene que existir ese Infinito que anhelamos, esa vida que no acaba.
En el mismo sentido, podría ser interesante hablar sobre el origen de la vida. Muchos se preguntan sobre el principio de todo y nos interesa mucho. Por ejemplo, cuando vemos que están pasando un documental sobre este tema en la televisión nos quedamos pegados muchas veces porque nos llama la atención. Aunque muchas veces nos preguntamos sobre el origen de la vida, desvinculando nuestra propia vida. El principio de todo es muy importante porque al conocerlo, conocemos también nuestro fin. Cuando uno se levanta en un barco, en la mitad del mar sin ver tierra cerca, lo primero que pregunta es: ¿De dónde venimos? y, ¿hacia dónde vamos? Estas dos preguntas están estrechamente unidas, contestar una, ilumina la otra y viceversa. Por eso, al hablar de esto no sólo tiene que ser un estudio científico, disecado en la historia, indiferente a nosotros, sino que es una pregunta que parte del corazón de todo ser humano y por ende le afecta a todo él.
Todo lo que empieza tiene que terminar, pero ¿La vida ha empezado? La nuestra sí, con hora y fecha, pero, ¿cuándo empezó la vida?, ¿quién nos la dio? La lógica nos dice que: «Nadie da lo que no tiene», de algo no vivo no puede provenir algo vivo, nuestra vida no puede provenir del azar, de la coincidencia, del orden de los astros por una explosión que hubo en algún momento de la historia de tal manera que salgamos nosotros: Personas que no solo crecen, se reproducen y mueren, sino que hay más… (No es que esté en contra de la teoría de la evolución u otras teorías sobre el origen de la vida, estas pueden explicar el cómo, el cuando, el dónde, pero creo que el porqué está fuera de los alcances de la razón) El video nos muestra que son personas que crecen, que avanzan en la vida, que tienen como que un tesoro guardado y desplegado en el interior, las experiencias, las historias, el amor vivido, las caídas, las dificultades, las esperanzas, los anhelos, las relaciones con otros cultivadas que no se pueden perder. Es un tesoro para cada uno y para todos, porque nadie más va a vivir nuestra vida, solo nosotros y eso lo hace un tesoro, porque no va a repetirse. Personas libres, inteligentes, con capacidad de amar y ser amados, únicos, irrepetibles, con conciencia de sí mismos, con necesidades profundas, de comunión, de Dios. Ese «producto» no puede provenir del azar, tiene que haber intervenido la Vida misma, esa Vida que nunca empezó y nunca terminará, que nos sostiene a nosotros en la Vida y nos llama a una Vida que no tiene fin: la Eterna. Esa Vida es Dios mismo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la VIDA» (Jn 14,6). «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás» (Jn 11, 26). ¿Crees esto?
Finalmente se me ocurre hablar sobre la importancia del «hoy» de la vida. Muchos, al toparse con la finitud de la vida, afirman: «Hay que aprovechar la vida», a veces, en sentido moralmente negativo. Sin embargo, esta afirmación es correcta e incluso sabiendo la finitud de la vida y también la repercusión de esta en la eternidad es necesario el hoy. El pensar en el mañana no quita que dejemos de pensar en el presente, es más, le da su auténtico sentido y gravedad. Como decía en esa película el Gladiador: «Lo que hagamos en la vida, hará eco en la eternidad». «Carpe diem» fue un adagio latino muy antiguo, que significa «Aprovecha el momento» utilizada por Horacio un poeta romano muy conocido en la historia y luego lo apropió el cristianismo. El hoy repercute en la eternidad, lo que vivas hoy se plenificará después de la muerte. Es importante, que este «Carpe diem» no sea movido por el miedo a la muerte solamente, sino que su expresión más plena es el amor a lo eterno, a lo que permanece y no cambia, a Dios.
Dinámica:
Sugiero que escriban, antes de ver el video, su futuro concreto. ¿Cómo les gustaría vivir hasta que sean ancianos? ¿Qué les gustaría hacer hasta que acaben sus vidas? Después de verlo, vuelvan a leer sus hojas y ¡que empiece el diálogo!…
0 comentarios