Cattura8

Catholic-link.com – Hoy día les dejo un extracto del último debate que Richard Dawkins (el ateo más famoso del mundo) sostuvo con Cardenal George Pell (Arzobispo de Sidney) en un programa de televisión australiano. Sin duda vale la pena ver todo el debate (1 hora más o menos) pero el pedazo que les ponemos aquí puede ayudar a darse una buena idea de lo que ocurrió (lamentablemente todo está en ingles, pero lo explico…). El debate estaba estructurada en base a las preguntas que el público dirigía a cualquiera de los dos panelistas.  En el video vemos a Dawkins tratando de responder a la pregunta: «Según la teoría del Big Bang, ¿Cómo algo tan enorme como el universo pudo haber surgido de la nada?». Contra todo pronóstico – o al menos el mío – Dawkins se disculpa diciendo que no es un físico, que un colega suyo – Lawrence Krauss – ha escrito un libro exactamente sobre la materia en cuestión y que él no está capacitado para responder a esa pregunta.

Cardenal Pell, quien por cierto había leído el libro de Krauss, explica a Dawkins que su colega daba el nombre de «nada» a una suerte de fuerzas electromagnéticas que de ninguna manera podían ser consideradas la «nada», en sentido absoluto, a la que hacía referencia la pregunta. Después de la brillante explicación de Pell, Dawkins se enreda en una cómica definición de la «nada» como: «algo», «fuerzas», «sustancia simple», «todavía lo estamos trabajando», «premisa útil», etc. El video termina con Dawkins atacando la idea de un Dios creador, que por cierto, nadie se lo había preguntado.

¿Qué reflexión me deja todo esto?  Creo que muchas veces, especialmente en este tipo de debates, el ateo representa el rol del científico que usa la razón mientras el cristiano representa el rol del creyente que hace uso de la fe.  Esto es un grave error. Y lo es por una razón muy sencilla que a mi modo de ver queda clarísima en este debate, el ateo también posee una «fe» (entre comillas) muy grande en sus propias afirmaciones. Tener las agallas de definir la «nada» como «algo que…» no es otra cosa sino un gran «acto de confianza» (o negligencia intelectual) que va más allá de cualquier uso sensato de la razón o la ciencia. El ateo, es decir, quien niega la existencia de Dios, no es necesariamente ni un científico, ni un modelo de pensamiento racional, es un ser humano respetable, que cree, CREE!, en una hipótesis y punto. Muchas veces cuando hacemos apostolado somos los creyentes quienes terminamos justificando la existencia de Dios cuando debería ser todo lo contrario. Yo le daría la vuelta al asunto diciendo: «En el mundo somos más los creyentes (prop. 5/0,7), la carga de la prueba la tienes tú, no yo… demuéstrame científicamente que Dios no existe».

Llegados a este momento quiero poner otro video, esta vez con subtítulos en español, de un debate entre Dawkins y el arzobispo de Canterbury: Rowan Williams (anglicano). Aquí Dawkins, en un arresto de sinceridad, afirma con fuerza nuestro punto cuando acepta que no está seguro de la inexistencia de Dios (Ojo: ¡el ateo más famoso del mundo!) y que en realidad se considera agnóstico más que ateo.

 Por último les dejo todo el debate entre Dawkins y Cardenal Pell y una noticia interesante donde el principal periódico australiano hace un análisis del debate.

Saludos a todos.

Mauricio A.