El asesinato de nuestros hermanos cristianos y no cristianos en Medio Oriente es una realidad muy dolorosa para todos. Vemos, con mucha tristeza, como ese odio se extiende y toca cada vez más nuestro «mundo occidental» con lo acontecido ayer en París. Nuestras mentes y corazones toman conciencia de que no es circunstancial: no se trata de «esas cosas que pasan lejos». El odio ha herido a nuestros amigos y vecinos, la violencia que vivimos compromete a nuestro mundo en su totalidad. Nos encontramos frente a las terribles consecuencias de una sociedad cada vez más alejada de Dios que se vuelve contra sí misma y se deshumaniza.
Somos perseguidos por la fe que el Occidente representa. ¿Qué hace falta para que entendamos eso? ¿Somos conscientes de lo que esto significa? Hoy nuestra fe esta llamada a ser luz de esperanza y nuestro cristianismo, más confesional y decidido.
Con el video de hoy queremos recordar cuál es la principal respuesta que como cristianos debemos dar a semejante barbarie: rezar por nuestros enemigos, rezar por la paz y la conversión de los violentos, para que Dios tenga misericordia de ellos, los perdone y el mundo se vuelva a Dios. Estas son las enseñanzas que Jesús, nuestro Señor, nos ha dejado a nosotros, el pueblo de la Cruz. “… Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mt 5,44).
Para muchos ¡es tan difícil, tan duro amar a sus enemigos! Me pongo en los zapatos de los padres que han perdido a sus hijos, los hijos que perdieron a sus padres, tantos hogares rotos por el odio y extremismo…
En medio de esta oscuridad y dolor, no perdamos de vista la esperanza y las palabras de Jesucristo que nos aseguran que la batalla contra el mal ya ha sido ganada.
Si te gustó el post, puedes compartirlo
Si el material no funciona o tiene algún error ortográfico, por favor repórtalo
Gracias! Trataremos de resolver esto lo antes posible
Te hemos enviado un correo para confirmar tu subscripción