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Catholic-link.com.- Este post es la primera parte de una reflexión que vengo trabajando sobre la crisis económica que vive Europa desde hace unos años. Empezamos con un video, producido por la misma Comisión de la Unión europea, que en sus primeros minutos explica de manera didáctica cómo se generó la crisis en la eurozona; sintetizamos lo acontecido y junto a ello proponemos algunos criterios, en base a la doctrina social de la Iglesia, que nos dan una aproximación a este complejo problema que viven varios países del viejo continente.

La crisis europea tiene como origen la codicia, según nos explica el video la raíz del problema fue el “optimismo” decartoon-sub-prime los bancos, pero en realidad aparte del “optimismo” hubieron malos manejos: Un ejemplo es el caso de Lehman Brothers, por un lado los altos ejecutivos que tomaban decisiones maquillando estados financieros para aparentar solvencia, por otro lado el pésimo control del ente regulador que, o bien se hizo de la vista gorda o fue total y completamente incompetente. Ya Pablo VI, cuarenta años antes, con la encíclica Populorum Progressio mencionaba que «la mejor forma de reprobar este tipo de conductas es recordando solemnemente que la economía está al servicio del hombre y no al contrario» 1.  La visión errada de la ganancia a como dé lugar fue, para los responsables de esta triste historia, la justificación de la realidad económica. Buscaban legitimar la codicia como una especie de virtud cívica para ser más eficiente y con esto en teoría generar bienestar; el ahora papa emérito Benedicto XVI comentaba también que “la codicia es la verdadera causa de la crisis económica” 2.

Luego del colapso de los bancos europeos, que tenían inversiones en bancos americanos, como por ejemplo en Goldman Sachs que trabajaba instrumentos financieros irresponsablemente, el “subprime” generó desequilibrio en países como España, Portugal y Grecia que agravó la crisis. San Juan Pablo II sostenía que “La ética pide que el sistema se adecue a las necesidades del hombre, y no que el hombre se sacrifique en atención al sistema». 3 Esto es claramente violentado en la lógica del ”subprime”, que es un crédito principalmente hipotecario que era brindado por bancos europeos a personas sin historial crediticio o sin ingresos probados, es decir un producto que vendía el sueño de la casa propia sin un sustento financiero que, al final del camino, era tóxico para todos los actores de la economía.

Culturalmente en Europa a la mayoría de jóvenes de esa generación se les inculcó que debían buscar el poder, el tener y el placer a como dé lugar; no es la intención analizar el tema cultural ahora, más citamos nuevamente la Populorum Progressio:  «La búsqueda exclusiva del poseer se convierte en un obstáculo para el crecimiento del ser y se opone a su verdadera grandeza; para las naciones, como para las personas, la avaricia es la forma más evidente de un subdesarrollo moral» 4,  todo lo explicado es por un lado responsabilidad de cada consumidor, sin embargo, con plena conciencia de la situación, varios bancos europeos irresponsablemente emitieron créditos a jóvenes sabiendo que no iban a poder pagarlo.

Además de la desconfianza crediticia generalizada, que fue sólo un detonante de la burbuja inmobiliaria, los gobiernos europeos decidieron rescatar a los bancos con 4.5 mil millones de euros y la unión europea lanzó un programa para proteger los puestos de trabajo, la seguridad social e inversiones en la economía, todo ello con buena intención pues buscaban calmar las expectativas de los actores económicos, pero sin tener en cuenta que al hacerlo algunos países caerían en un sobrendeudamiento que daría origen a la crisis de la deuda soberana que ha desencadenado una serie de problemas que hoy azotan a varios de los países de la zona euro.

Son decisiones complejas, y es fácil decir ahora que decisión se debió tomar y cual no; en la realidad a veces existen variables desconocidas o situaciones que no responden a lo planificado, pero considero correcto finalizar con parte del mensaje del Papa Francisco en el festival de la Doctrina Social de la Iglesia realizado en Verona, Italia, el año pasado; una esperanza/desafío para los católicos: «Quien trabaja en la economía y en las finanzas seguramente se siente atraído por el beneficio y si no está atento, se pone al servicio del mismo beneficio. Así se vuelve esclavo del dinero. La Doctrina Social contiene un patrimonio de reflexiones y de esperanzas que es capaz, también hoy, de orientar a las personas y de conservarlas libres. Se necesita coraje, pensamiento y la fuerza de la fe para estar dentro del mercado, para estar dentro del mercado, guiados por una conciencia que ponga en el centro la dignidad de la persona, no el ídolo dinero» 5.

1. Pablo VI, #26 Populorum Progressio, 1967.
2. Benedicto XVI, Audiencia General Plaza San Pedro, 2009.
3. Juan Pablo II, Mensaje a la Fundación Pro Pontífice Centessimus Annus, 1999.
4. Pablo VI, #19 Populorum Progressio, 1967.
5. Papa Francisco, Videomensaje en el Festival de la Doctrina Social de la Iglesia, 2013.