

«Itinerario catecumenal para la vida matrimonial. Orientaciones pastorales para las iglesias particulares» es el título del documento que el Dicasterio para los laicos, la familia y la vida, ha publicado la semana pasada a pedido del papa Francisco.
Solo el título de este documento me emociona. No es un secreto para nadie que la imagen del matrimonio se ha venido abajo. ¡Ni qué decir del matrimonio religioso celebrado por la Iglesia católica!
No es solo que «ya nadie quiera casarse» sino que la duración de quienes lo hacen es tan breve que alarma. El índice de divorcio se dispara y, para pesar de toda la humanidad, tenemos innumerables familias deshechas y corazones rotos para regalar.
Todos queremos ser felices y el matrimonio en un ámbito de despliegue personal muy hermoso. Sin embargo, ¡cuánto lo hemos descuidado! Sí, aquí cabe hacer un mea culpa, pero eso lo dejaremos para otro post.
Este documento lanzado la semana pasada, quiero creer, es una ayuda «caída del cielo«». Tiene como objetivo dar guía sobre el camino de preparación al matrimonio, respondiendo a las necesidades de nuestros tiempos.
Creo que este «Itinerario catecumenal para la vida matrimonial» es un documento que deberíamos leer todos, no solo aquellos llamados a trabajar en la pastoral matrimonial. ¿No me crees? Pues hoy quiero compartir contigo 3 ideas de por qué todos deberíamos leer este documento.
1. Para una misión grande el tiempo de preparación es clave


El matrimonio, la vida matrimonial es una misión enorme. Es increíble ver cómo, para cuestiones como una maratón o para un examen en específico, nos preparamos durante meses. Y ojo, no es que quiera quitarle valor a los objetivos que nos ponemos en la vida, sino volver a mirar el valor enorme que tiene el matrimonio y cómo es que, en primer lugar, los interesados le damos tan poco espacio de preparación en nuestras vidas.
Pero, dejando de lado las preparaciones para metas del mundo, el mismo documento vuelca la mirada en el ministerio sacerdotal y hace un comparativo con el tiempo de preparación para el orden sacerdotal frente al tiempo de preparación de aquellos prontos al sacramento del matrimonio.
Como cita el documento, con una «preparación demasiado superficial, las parejas corran el riesgo de celebrar un matrimonio nulo o con unos cimientos tan débiles que se «desmorone» en poco tiempo y no pueda resistir ni siquiera las primeras crisis inevitables». Cosa que es indiscutible el día de hoy.
No solo se trata del tiempo que le dedicamos, sino de que en ese tiempo se pueda promover el encuentro y «hacer resonar entre los cónyuges el misterio de la gracia sacramental, que les corresponde en virtud del sacramento: hacer que la presencia de Cristo viva con ellos y entre ellos».
Seamos sinceros: un par de fines de semana no basta para entender la envergadura de la misión que implica el casarse con una persona. La de lanzarse y decidir a compartir la vida entera, por el tiempo que dure la vida misma.
2. El desconocimiento de una vocación hermosa
Es romance, sí. Pero también es objetividad para elegir el todo: todo lo bueno y todo lo malo. Es un camino que nos debería ser familiar. Un camino que desde niños podríamos conocer, ya sea por el ejemplo que recibimos de nuestros padres, ya sea también por la catequesis para nuestros sacramentos.
3. La soledad de los matrimonios en sus primeros años


El documento trae un itinerario hermoso, muy bien estructurado, para distintos ámbitos del camino hacia el sacramento del matrimonio y las distintas situaciones que se viven en el ámbito de las relaciones de pareja actuales.
Algo que me llamó mucho la atención es la compañía que se sugiere para los primeros años de matrimonio, y es algo que aplaudo. Pasada la «luna de miel» no siempre proceso de adaptación, la llegada del primer hijo o la convivencia con la familia política es un camino de rosas.
Suele haber crisis y también suele haber mucha soledad para el matrimonio que, lamentablemente, no en pocos casos termina enfrentado. Y ese enfrentamiento puede durar lo que la vida matrimonial dure.
La importancia de tener una pastoral bien preparada para dar compañía y consejo durante los primeros años de matrimonio, lejos de ser una intromisión, considero es una ayuda al servicio de la comunidad de los hermanos en la fe.
He querido exponer solo estos tres puntos, pero el documento toca con mucho detalle distintas situaciones que se viven en el camino del amor conyugal.
Como ya has visto, todos deberíamos leer el «Itinerario catecumenal para la vida matrimonial». Si quieres poner manos a la obra (u ojos a la lectura), haz clic aquí.
Y, si lo has leído, comparte con nosotros tus impresiones 🙂
Algo que me llamó la atención es que la catequesis parte de que los niños y jóvenes vivan experiencias de fe y encuentros con Jesús, no solamente aprender a rezar o de escuchar un tema.