La palabra diácono proviene del griego «Diakonía», esta palabra significa servicio. Ellos son, en palabras del papa Francisco: «los guardianes del servicio de la Iglesia». Este mes el papa Francisco nos pide que recemos por ellos, para que sean fieles en su servicio a la Palabra y a los más pobres.

Es frecuente que entendamos como diácono el paso previo a ser sacerdote, pero el servicio diaconal incluye algo más amplio. Los diáconos son varones al servicio de la Iglesia, están dedicados al servicio de la Palabra de Dios y también al cuidado de los más pobres.

Pertenecen al orden del clero, recordemos que el orden sacerdotal comprende tres grados diversos del sacramento: obispos, sacerdotes y diáconos (para entenderlo mejor te explicamos cómo está compuesta la jerarquía de la Iglesia).

¿Cuáles son las funciones de un diácono?

Dentro de sus funciones están la asistencia a los obispos y sacerdotes, ofreciendo una gran ayuda en la ardua labor pastoral y ministerial que ellos ejercen. Los diáconos no pueden celebrar el Sacramento de la Eucaristía (la santa misa), no pueden confesar, ni llevar la unción de los enfermos. Pero sí pueden bendecir matrimonios, llevar el viático (la comunión) a los enfermos, predicar, evangelizar y catequizar. Así como también prestar asistencia a las necesidades de los más pobres.

Su ayuda sobre todo en nuestros tiempos, donde la falta de sacerdotes se hace sentir, es de gran valor, pudiendo llevar a muchos lugares la Palabra de Cristo y preparar el corazón de los fieles para recibir los sacramentos.

Hoy te compartimos un video de The Pope Video para que escuchemos la petición que nos hace nuestro querido papa Francisco. 😉

La misión del diácono en la Iglesia

El orden del diaconado está inscrito en el numeral 1554 del Catecismo de la Iglesia Católica, donde podemos leer lo siguiente: 

«…El diaconado está destinado a ayudarles y a servirles. Por eso, el término «sacerdos» designa, en el uso actual, a los obispos y a los presbíteros, pero no a los diáconos. Sin embargo, la doctrina católica enseña que los grados de participación sacerdotal (episcopado y presbiterado) y el grado de servicio (diaconado) son los tres conferidos por un acto sacramental llamado «ordenación», es decir por el sacramento del Orden:

«Que todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, como también al obispo, que es imagen del Padre, y a los presbíteros como al senado de Dios y como a la asamblea de los apóstoles: sin ellos no se puede hablar de Iglesia (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Trallianos 3,1)».

Sin diáconos no se puede hablar de Iglesia

Esto es muy importante, si bien poseen un grado jerárquico inferior al de los sacerdotes, su importancia no es menor. Los diáconos permanentes son ordenados mediante la imposición de manos de parte del obispo. Pueden recibir el orden diaconal varones casados, recordando siempre que esta ordenación responde a un llamado personal de Dios, una vocación.

«El sacramento del Orden los marcó con un sello («carácter») que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo «diácono», es decir, el servidor de todos» (CIC 1560). 

Agradezcamos este mes de mayo por nuestros diáconos y pidamos junto al papa Francisco este mes por ellos. Que Santa María sea su guía y permanezcan fieles al llamado de Dios.

¿Conoces a algún diácono o tienes a algún familiar o buen amigo que lo sea? Compártele este video y hazle saber que está presente en tus oraciones.