insulto
insulto papa
Captura de video

No puedo empezar a escribir este comentario sin antes pedirles disculpas a todos porque este video está lleno de lisuras y palabras fuera de lugar. No es común que publiquemos material de este tipo pero no podíamos desaprovechar la oportunidad que nos ha dado este conductor de televisión argentino para ilustrar con claridad el doble discurso y la hipocresía que existe detrás de la defensa del falso derecho a una libertad de expresión sin límites.

Actualmente las palabras «ironía», «humor» y «caricatura», se han convertido en una suerte de infelices eufemismos con los que se disfrazan los peores insultos y ofensas. Todo está permitido: la calumnia, la incitación al odio, la mentira y la burla hiriente, incluso de lo que es sagrado para el prójimo, con tal de publicarlo bajo la etiqueta de «parodia». Pero lo más lamentable es que no todos sabemos que el excremento apesta aunque se envuelva en papel de regalo. Tras los lamentables hechos ocurridos en las instalaciones de Charlie Hebdo una enorme cantidad de brazos se alzaron para entronizar a los desdichados periodistas como mártires de la libertad de expresión.

[su_pullquote align=»right»]La «parodia» irresponsable, esa que no paga por los platos rotos, más que representar la quintaesencia de la libertad de expresión, representa solamente el flanco débil a través del cual se vislumbran las heridas de la cultura e ideología post-moderna.[/su_pullquote]

Pero la verdad es que la «parodia» irresponsable, esa que no paga por los platos rotos, más que representar la quintaesencia de la libertad de expresión, representa solamente el flanco débil a través del cual se vislumbran las heridas de la cultura e ideología post-moderna. Abortos de la libertad de expresión, desde Charlie Hebdo hasta las Femen, desde mi punto de vista son el mecanismo de fuga natural a través del cual se descargan la ira y las contradicciones internas de un sistema de pensamiento que es relativista y tolerante sólo en apariencia.

Lo único que consuela es que no importa cuánto esfuerzo hagan los hermanos mayores de Charlie por justificar sus engreimientos irascibles detrás de pomposas categorías jurídicas; un mínimo de sentido común nos basta para saber que la lisura nunca será un halago, el insulto nunca será una caricia, y la ofensa nunca será un modo legítimo de ejercer la libertad de expresión. Por eso me ha gustado mucho este video; como en el famoso cuento de Hans Christian Andersen, a veces basta gritar: «¡El Rey está desnudo!», para que caiga la ilusión y tomemos conciencia de las dimensiones grotescas del espectáculo que tenemos delante de nuestros ojos.

Por último, me apena que Charlie Hebdo, e imitaciones, derramen ira sobre instituciones y principios que respeto profundamente. Sin embargo, repito, ¡he ahí el flanco débil! La violencia siempre tendrá un punto ciego. Por este motivo revelar su desnudez y  vulnerabilidad  -tal vez con un poco menos de lisuras que las del video- hará que hombres de buena voluntad, creyentes y no creyentes, se despierten del sueño y se pongan del lado de quienes piensan, sienten y actúan como corderos y no como lobos.