Aunque el día de todos los santos ya pasó, cualquier momento es perfecto para recordar que todos estamos llamados a la santidad. Puede que para muchos eso de ser santo suene demasiado complicado, pero vale la pena recordar que para llegar a serlo no necesariamente debemos ser monjas o sacerdotes. Morir trágicamente o tener dones extraordinarios.

Al ser hijos de Dios, todos tenemos el mismo llamado. El video que compartimos hoy hace parte de una linda iniciativa que se llevó a cabo en Valencia, España. La actividad se centra en recordarle a todos que es mejor celebrar la vida y alegrarnos por la oportunidad que Dios nos da de llegar al cielo. Cada niño debía escoger al santo de su preferencia y asistir disfrazado al evento en compañía de su familia.

Iniciativa perfecta para colegios y parroquias 

Esta es una actividad que puede desarrollarse en cualquier época del año. Una excelente idea para que en colegios y grupos parroquiales los niños tengan la oportunidad de descubrir con qué santo se identifican y conozcan de una manera mucho más divertida la historia de los santos.

También es una buena alternativa para que nos olvidemos de Halloween. Si eres padre, sabrás que es complicado explicarle a los más pequeños por qué no estamos de acuerdo con la celebración de esta fecha. Y aunque la emoción de los niños por disfrazarse siempre está cargada de inocencia, mostrarles esta alternativa puede sorprenderlos y animarlos a seguirla.

Queremos llegar al cielo

Todos deseamos llegar al cielo. No creo que nadie ande por la vida anhelando el infierno. Y esta es una oportunidad que le permitirá a profesores, sacerdotes, monjas, catequistas y padres de familia, explicar de una manera diferente por qué y cómo nos llama a Dios a la santidad.

Los niños podrán estar involucrados en esta actividad de principio a fin. Puedes ayudarles con las siguientes preguntas: ¿Qué santos conoces?, ¿qué es la santidad para ti?, ¿por qué te llama la atención x santo?, ¿qué es lo que más te gusta de su historia?, ¿por qué te sientes identificado con el/ella?, ¿te gustaría llegar a ser como alguno de ellos?

Seguramente los resultados y reacciones de los niños con esta actividad puedan sorprendernos. Inculcarles la fe desde temprana edad, es un deber que tenemos como educadores, pero también una hermosa oportunidad de apreciar la inocencia y la pureza de la que gozan sus corazones.

Por último digamos en compañía de nuestros hijos o alumnos: «Señor, que pase lo que pase, nunca nos alejamos de ti».