Este post no es un artículo, sino una sección de nuestra galería de imágenes. Puedes compartir esta imagen en tus redes sociales o hacer click en «Descargar» para enviarla a tus amigos. Solo te pedimos que la compartas en su versión original, sin cortarla o editarla. ¡Feliz apostolado! 😉
“Hoy que sé que mi vida es un desierto” (Himno meditado de la Liturgia de las Horas)
«Hoy que sé que mi vida es un desierto,
en el que nunca nacerá una flor,
vengo a pedirte, Cristo jardinero,
por el desierto de mi corazón.
Para que nunca la amargura sea
en mi vida más fuerte que el amor,
pon, Señor, una fuente de alegría
en el desierto de mi corazón.
Para que nunca ahoguen los fracasos
mis ansias de seguir siempre tu voz,
pon, Señor, una fuente de esperanza
en el desierto de mi corazón.
Para que nunca busque recompensa
al dar mi mano o al pedir perdón,
pon, Señor, una fuente de amor puro
en el desierto de mi corazón.
Para que no me busque a mí cuando te busco
y no sea egoísta mi oración,
pon tu cuerpo, Señor, y tu palabra
en el desierto de mi corazón.”
0 comentarios