

Goodnews nos cuenta hoy la historia de Rosita, quien recibió diagnósticos errados que agravaron su situación. Fue en Guayaquil que sus padres lograron que el Dr. Vázquez opere su esófago y lo reconstruya, pero nuevamente una pastilla, recetada por confusión de una enfermera, hizo que recayera.
Esto resultó en que Rosita no pueda ingerir alimentos como una niña normal y tuvo que alimentarse a través de una sonda en la garganta hasta estar en condiciones de corregir la operación, aproximadamente 12 años. La economía también fue un factor que aplazó la intervención porque sus padres no tenían suficientes recursos para cubrir los gastos médicos.
Sin embargo, su apoyo fue incondicional en la recuperación de Rosita. Su madre Leycita se aseguraba de ir cada recreo al colegio para evitar que coma alimentos fuera de su dieta de verduras y frutas licuadas. “A veces se deprimía”, cuenta, pero la impulsaba saber que era algo pasajero. Su padre también trabajó duro para pagar los medicamentos e incluso realizó varios préstamos. El Dr. Vásquez tampoco dejó de ayudar a Rosita, y siempre se mantuvo pendiente de su salud.
Tras la larga espera, Rosita pudo tener su operación hace un año y cuatro meses con éxito a manos del Dr. Vázquez quien asumió el reto pese a los riesgos. Ahora Rosita es capaz de ingerir alimentos y asimilarlos normalmente. Con la guía de una nutricionista está trabajando en su salud y poco a poco podrá comer de todo.
Ahora toda la familia se siente agradecida con el doctor y destacan que pese a las dificultades, esta situación sirvió como vía de unión entre sus padres y reconocen que la vida de Rosita es un verdadero milagro.
Andrea Cabrera Pombo – Redacción GoodNews
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