Cuando el Papa Francisco nos invitó a vivir este Jubileo de la Misericordia, que hace pocas semanas concluyó, no lo hizo para mantenernos entretenidos y que los católicos de todo el mundo tuviéramos algo de qué preocuparnos en nuestras comunidades, movimientos y parroquias. Lo hizo porque estaba convencido de que descubriendo cómo es el amor misericordioso de Dios, nosotros también podríamos llegar a ser misericordiosos como lo es Él. Entonces, su estrategia pastoral no consistió únicamente en poner en un calendario una fecha de inicio y de fin, y darnos algunas celebraciones para poder hacer fiesta y recordar lo lindo y bueno que es Dios, sino que dispuso de un plan para que nosotros aprendamos de la misericordia del Padre y podamos ponerla en práctica.

Pero lo que tocó los corazones de los católicos y acaparó las miradas de la prensa internacional, incluso de los no creyentes, siendo motivo de muchas portadas en periódicos y de informes detacados en los noticieros, fue que el Papa puso un gran énfasis en practicar las obras de misericordia,  tanto las espirituales como las corporales, y por estas últimas con la creatividad que siempre lo ha caracterizado, instauró los «viernes de misericordia», en los que a lo largo de todo este año, fue realizando visitas a distintos grupos, comunidades, instituciones y organizaciones, muchas de ellas, visitas sorpresa, en donde compartió con aquellos que más sufren.

No queremos que estos gestos de amor al prójimo, al ejemplo de Jesús, se queden solo en el recuerdo, sino que calen en nuestros corazones y nos impulsen a seguir viviendo la misericordia del Señor, una misericordia marcada por la caridad y la justicia, sobre todo, luego de haber experimentado este año lleno de amor de Dios hacia nosotros.


¿Es posible ser misericordiosos y a la vez justos? El ejemplo del Papa Francisco

Enero – Valorar el tesoro que guardan en sus corazones nuestros adultos mayores, visitémoslos.

Con esta visita al Hogar de Ancianos Bruno Buozzi, el Papa dio inicio a los «Viernes de Misericordia».
La visita causó sorpresa y emoción en los 33 ancianos que viven en el lugar, así como en los enfermeros, médicos y personal de servicio, ninguno de los cuales había sido informado al respecto. Saludando a todos y conversando con ellos, el Papa, con este gesto de amor y misericordia, nos dio el pie para ue todos sigamos sus pasos, no solo durante el jubileo de la Misericordia, sino que por toda nuestra vida.

Febrero – Visitar a aquellos que desean recuperar el control de su voluntad; acompañarlos con amor sin condenarlos.

De sorpresa, el Papa Francisco visitó a la comunidad «San Carlos» que trabaja con personas con dependencia al alcohol y las drogas.
Compartió con ellos y junto con escuchar sus historias y testimonios de lucha, los animó a perseverar en su camino por liberarse de la opresión que estas sustancias han causado en sus vidas, reconociendo que el Señor, en su misericordia, siempre da nuevas oportunidades.

Abril – Estar disponibles, en todo momento, sobre todo para los más pequeños

Jóvenes de todo el mundo, de entre 13 y 16 años, se reunieron en la la Plaza de San Pedro en un día especial dedicado a los adolescentes en este Jubileo de la Misericordia.
Para la sorpresa de estos jóvenes peregrinos, uno de los confesores era el mismo Papa, quien no olvida que además de ser el Vicario de Cristo y el Obispo de Roma, también es Sacerdote.

Mayo – Recordar que el Señor vino no para los sabios, sino para los sencillos y humildes de corazón

Papa Francisco dejó el Vaticano para visitar sorpresivamente la comunidad’ «Il Chicco» (El Grano), cerca de Roma. Esta fundación acoge a 18 personas con discapacidad mental financiando su labor únicamente con aportes voluntarios de benefactores.
El Papa, en su visita, no solo ha ido a saludarlos, sino que hadado una suma como contribución personal, además de llevar pasteles, frutas, como cerezas y melocotones, que fueron recibidos con aplausos y alegría por todos.

Junio – Valorar y cuidad a aquellos que cuidaron espiritualmente de nosotros

En Junio, el Papa visitó la comunidad «Monte Tabor», que acoge sacerdotes con diversas dificultades, y “Casa San Gaetano” que atiende a los sacerdotes ancianos de la Diócesis de Roma.
Con este gesto quizo manifestar su cercanía  a los sacerdotes que no han podido participar físicamente del Jubileo de los Sacerdotes, realizado poco antes en Roma, expresándoles que “siempre están presentes en el corazón y en la oración del Papa”, dice el comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Julio – Enfrentar los errores, pedir perdón, buscar la misericordia de Dios en medio del dolor

El Santo Padre ingresó al campo de concentración a pie, pasando por el portal en el que los nazis escribieron “Arbeit macht frei” (el trabajo te hace libre).
Visiblemente conmovido y en una actitud de oración y recogimiento, el Papa recorrió las celdas y lugares donde los prisioneros pasaron, muchos de ellos, sus últimos días de vida. Al terminar su visita, escribió en el cuaderno de recuerdos del Museo de Auschwitz el siguiente mensaje:
«Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor, perdón por tanta crueldad».

Agosto – Devolver la dignidad a aquellos a los que les ha sido arrebatada.

En Agosto, el Papa se reunió con la “Comunidad Papa Juan XIII”, para encontrarse con 20 mujeres liberadas de la esclavitud de la prostitución provenientes de Rumanía, Albania, Nigeria,Túnez, Italia y Ucrania. La edad promedio de las mujeres es de 30 años” y todas “han sufrido grave violencia física y viven protegidas”.
Visiblemente emocionado, el Pontífice definió «testigos de la resurrección» a estas jóvenes que lograron liberarse de la esclavitud para reconstruir una vida de afectos, de familia y de trabajo.

Septiembre – Acompañar en la enfermedad a las familias suficientes.

El Papa visitó el área de neonatología del hospital San Giovanni en Roma, dedicando algunos minutos para estar junto a los más pequeños, quienes dan la lucha por vivir.
Fuertemente conmovido, el Papa se acercó a una de las incubadoras y junto con bendecir al pequeño, saludó a sus padres a quienes consoló y alentó.

Octubre – Acompañar y ayudar a levantarse a aquellos que han sido derribados.

Sin previo aviso, a las 9.15 de la mañana, el Papa Francisco llegó a Amatrice, una de las localidades más golpeadas por el devastador terremoto que el 24 de agosto pasado sacudió el centro de Italia y que dejó 300 muertos, más de 5000 evacuados e incalculables daños materiales.
Como quería que fuera una visita privada, sin asedio de cámaras y legiones de periodistas, Francisco, llegó en un simple Volkswagen Gol con vidrios polarizados a Amatrice (queda a 139 kilómetros de Roma), y sorprendió a todos con su visita.
El Papa dijo: “He pensado durante los primeros días de tanto dolor que mi visita, quizás, iba a ser más un estorbo que una ayuda o un saludo, y no quería molestarlos. Por eso, dejé pasar algo de tiempo para que se arreglasen algunas cosas, como la escuela… Pero, desde el primer momento, sentí que tenía que venir aquí. Sencillamente para decir que estoy cerca de ustedes, que rezo, rezo por ustedes. Cercanía y oración, esto es lo que les ofrezco. Que el Señor los bendiga a todos, que la Virgen los guarde en este momento de tristeza y de prueba”.

Noviembre – Acoger con amor a quienes han tomado opciones diferentes a las que esperábamos

Este fue el último viernes de misericordia de este Jubileo y el Papa decidió pasarlo visitando a siete familias conformadas por jóvenes que dejaron el sacerdocio en los últimos años.
El Papa quiso  ofrecer “un signo de cercanía y de afecto a estos jóvenes que han optado por una elección a menudo no compartida por sus hermanos sacerdotes y familiares”.