13 tradiciones navideñas del mundo que no tenías idea que existían
Navidad viene de la palabra latina “nativitas” que significa nacimiento, por lo tanto quienes celebran navidad celebran el nacimiento de alguien, celebran nada más que el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Hasta donde tenemos registros, la Virgen María no dio a luz a un señor vestido de rojo con cabellos blancos, tampoco en el pesebre habían pinos, abetos u otro tipo de árboles; mucho menos habían luces más que las de las estrellas. Está demás decir que los únicos regalos eran para el niño que acababa de nacer (protagonista de esta fiesta) y eran regalos simbólicos:oro, incienso y mirra, no comprados en un centro comercial.
Si esta es la base teórica de esta celebración, todo lo demás queda un poco en el aire y cuesta sostenerlo y argumentar su existencia. Es en ese espíritu de celebración y buscando poder festejar el nacimiento del Hijo de Dios, es que en diferentes países (producto de la propia cultura), las expresiones de la celebración de Navidad se han instalado. Si bien estas nacieron con el fin de alegrarnos por el misterio de la venida de Jesús al mundo, algunas se han ido distorsionando y han ido perdiendo su valor real, convirtiéndose solamente en buenas excusas para festejar en exceso.
Queriendo devolver el origen y sentido a estas tradiciones, hemos escogido aquellas que se destacan por su sentido espiritual, y también porque han acompañado a miles de personas en su forma de celebrar la Navidad 🙂
Darle al niño Dios un espacio en la propia casa es el sentido de las Posadas. Aquí, los festejos navideños comienzan el 16 de diciembre, con la representación de la penuria que pasaron San José y la Virgen para encontrar posada en su viaje a Belén. Durante nueve días, hasta Nochebuena, las familias se turnan cada noche y celebran una posada en su casa. Tras la representación, comienza la fiesta, en la que los niños rompen una piñata que representa a Satanás, llena de naranjas, mandarinas, caña de azúcar y maní. En un principio (siglo XVI), esta fiesta se desarrolló en los atrios de los conjuntos religiosos y después se extendió hacia la vía pública. Las calles se llenaban entonces de mucha gente que con gran bullicio se formaba en procesiones. Para el siglo XIX las Posadas se encontraban ya firmemente instaladas en el interior de las casas.
Las celebraciones en Costa Rica tienen su fuerza en festejar acontecimientos de Jesús ya nacido, de hecho a un par de días de su nacimiento. Empiezan el primer día de diciembre y terminan el 2 de febrero, cuarenta días después del nacimiento de Jesús. El 2 de febrero se celebran tres festividades. Una de ellas es el Rito de Purificación de la Virgen María y otra, es la conmemoración de la Presentación del Niño en el Templo, que coincide con la primera. La tercera es la celebración del día del Candelero, que es una festividad observada en honor de los primeros cristianos que se regocijaron cuarenta días después del nacimiento de Jesús, haciendo una procesión alrededor de la iglesia en la que llevaban velas como un símbolo de purificación a través de la luz.
En Etiopía, ni el gordito de rojo, ni el arbolito ni las lucecillas son protagonistas, Jesús es el centro de la celebración. Siguiendo la tradición ortodoxa, se celebra el nacimiento de Cristo en una festividad llamada Ganna, el día 7 de enero. A la mañana siguiente todos se visten de blanco para ir a una misa a las 4 de la mañana antes del nacimiento de Cristo las familias ayunan todo el día. La época de Ganna no es una ocasión para dar regalos a los niños sino más bien una celebración netamente religiosa.
Se estima que las Filipinas tienen la temporada navideña más larga del mundo, pero no para hacer las compras navideñas anticipadamente, sino para ir preparando el corazón para recibir al Señor. A principios de septiembre, comienzan a aparecer decoraciones, luces y música festiva en las casas y en lugares públicos. El inicio de las fiestas lo marca el novenario, un conjunto de nueve misas nocturnas, del 16 al 24 de diciembre, las que denominan «misas de aguinaldo» o «misas del gallo». La Navidad termina oficialmente el día de los Reyes Magos (Tatlong Hari en tagalo), conocida también como la Epifanía, que la Iglesia celebra el 6 de enero, pero en Filipinas se ha trasladado al primer domingo de ese mes. Algunos niños ponen sus zapatos en el balcón, para que los tres Reyes Magos les dejen regalos.
En Alemania, el señor de rojo, botas, cabello blanco y panza es rescatado en su versión original, la del Santo. El 6 de diciembre, día de San Nicolás, el santo deja regalos en los zapatos de los niños. A veces, San Nicolás visita en guarderías, escuelas y en actos públicos a los niños, que tienen que recitar un corto poema o cantar una canción para que les de dulces o algún regalo.
En la mesa navideña se encuentra todo tipo de comidas. La tradición es que haya 12 platos diferentes, los cuales simbolizan los 12 apóstoles y no suele haber carne. Antes de cenar, la familia rodea la mesa y lee en la Biblia el pasaje en el que se anuncia el nacimiento de Jesús. Se canta un villancico y después, cada miembro coge el “opłatek” (una hostia decorada con motivos navideños) y uno por uno rompen un trocito de la hostia de la otra persona y antes de comérselo se desean lo mejor el uno al otro. San Juan Pablo II (polaco) refiriéndose al oplatek decía que “la hostia navideña es el pan de reconciliación. Dios viene al hombre, Dios nos dona la reconciliación. Y de aquí parte la primera respuesta del hombre. Si Dios se reconcilia con nosotros, si Cristo nace en Belén, entonces yo, hombre, debo reconciliarme con mi hermano”.
Para la Iglesia católica, Lucía es la santa protectora de la luz (de ahí se origina su nombre). En Noruega, las niñas se visten de “Lucías” siguiendo la leyenda que cuenta que llevaba una corona de velas en la cabeza para tener las manos libres y así poder llevar comida a escondidas a los cristianos que se escondían en las catacumbas. El 13 de diciembre, día de Santa Lucía, primer día de las celebraciones navideñas en Suecia, Dinamarca y Noruega, es el día más corto del año, el solsticio de invierno, según el antiguo calendario gregoriano y es uno de los pocos días santos celebrados en los países escandinavos.
La gran mayoría de los irlandeses son católicos, por eso las tradiciones navideñas del país están muy influenciadas por la fe. Una de las tradiciones más singulares de la decoración navideña en Irlanda son las velas, pero no con fines ornamentales como lo son las luces que van en el árbol, sino que quiere ser un signo de vida, de espera y de fe. Se coloca una gran vela blanca en la entrada de la casa o en alguna ventana. Esta vela la enciende el más pequeño de la casa el día de nochebuena, un símbolo para dar la bienvenida a la Sagrada Familia y sólo podrá ser apagada por una niña o una mujer llamada María.
Tradicionalmente los armenios ayunan durante la semana anterior a la Navidad, y los más devotos pueden incluso no comer nada durante los tres días previos a la Nochebuena para recibir la eucaristía en un estómago «puro». El día de Navidad se utiliza un saludo especial: Krisdós Dzenav iev haidnetsáv, «Cristo nació y fue revelado», a la que se contesta: Tsezí mezí medz avedís, «Para ustedes y nosotros gran noticia o buena nueva»; sino: Orniál e harutiúne Krisdosí, «Bendita es la revelación de Cristo».
En Paraguay, la celebración tiene un carácter religioso y espiritual más que otra cosa. El pesebre es protagonista dentro de las tradiciones navideñas paraguayas y en casi todas las casas del país encontrarán al menos una escena de la natividad. Las flores florecen en todo el país durante el verano paraguayo. Estas mismas flores se utilizan para decorar las iglesias y las casas, en especial la flor de coco. No se conoce exactamente cuándo comenzó a ser utilizada la flor de coco en los pesebres paraguayos. La tradición apunta a que, como el cocotero es una planta sagrada para los guaraníes, en tiempos de los misioneros españoles se lo ofrecieron al Niño Dios durante el proceso de la evangelización. Lo mismo pasa con las frutas de temporada como sandías, melones, piñas y uvas que se seleccionan para llenar con su aroma los pesebres de este país.
La paradura, robo y búsqueda del Niño, se trata de unas fiestas donde se representa el episodio bíblico de la infancia del Cristo (el Niño perdido y hallado en el templo). En este festejo al Niño Jesús lo ponen de pie y lo hacen caminar, como a cualquier niño, en el ritual de la parada o paradura ritual donde se le nombran padrinos que se encargan de que se pare y camine. Con estas celebraciones se ratifica la idea de la reincorporación permanente del Niño, tanto al seno familiar como a la comunidad. Durante ellas se efectúa una procesión de la imagen del en manos de sus padrinos y rodeado del pueblo. Las paraduras se hacen desde el 31 de diciembre hasta el 2 de febrero, cuando se quita el pesebre de los hogares venezolanos.
En el Salvador la fuerza está en representar e impregnarse del sentimiento de los testigos del nacimiento de Jesús, esos que fueron los primeros en llegar a darle la bienvenida al mundo. En ella se representa la adoración al hijo de Dios por medio de cánticos y baile, donde jóvenes y adultos personifican a los pastores, el demonio, los sabios de oriente, la Virgen María, José, el Niño Dios y otros, para escenificar las dificultades de la Sagrada Familia para encontrar posada antes del nacimiento de Jesús, los obstáculos que el demonio pone a quienes quieren llegar a adorarlo y la forma como el bien vence al mal. Esta celebración es acompañada de un grupo de músicos, quienes con guitarras, requintos y maracas, ponen el ritmo que acompaña los diversos cantos que los actores hacen.
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