

Hay años en que la Cuaresma nos toma por sorpresa, sobre todo a los que vivimos en el hemisferio sur en donde generalmente el Miércoles de Ceniza (día que que inicia este tiempo litúrgico) cae justo en medio de las vacaciones, los paseos y el descanso, un tiempo un poco incómodo para algunos si te trata de mantener un orden y disciplina espiritual y más aún si eso involucra privarse de algunas cosas que nos causan placer y bienestar.
Los católicos estamos invitados a vivir este tiempo con recogimiento asumiendo una actitud de compañerismo con Jesús, sobre todo con lo que prontamente celebraremos: la Semana Santa, un tiempo de desierto, de purificación, de privación voluntaria para alcanzar virtudes ayudados de la mano de Dios. La invitación es la de siempre, hacer este camino de la mano de tres prácticas espirituales fundamentales: la oración, el ayuno y la abstinencia y la caridad. Estas prácticas, no responden solo a anticuados rituales que la Iglesia impone con el fin de amargarnos la vida, sino que buscan conducir nuestro corazón hacia Dios.
Siendo así, queremos darte algunas ideas para vivir el ayuno, esta práctica espiritual con siglos de antigüedad, de la que se habla mucho, se recomienda un montón, pero no se practica tanto… quizá porque aparentemente tiene un aroma a castigo y sufrimiento o porque la sociedad de consumo nos ofrece valores contrarios a la privación, la austeridad y el recogimiento.
Estas ideas, todas cotidianas y sencillas, no buscan relativizar el ayuno y la abstinencia bajando la vara, sino que te las presentamos porque pueden ser un primer paso para aquellos que por primera vez se están proponiendo vivir la Cuaresma de corazón, aquellos de tu grupo o comunidad que nunca han ayunado y que necesitan un primer empujón, algo así como comenzar en el «ayuno nivel principiante».
19 formas creativas de ayunar esta cuaresma
Deja de enviar mensajes mientras conduces
No solo porque está prohibido por ley en la mayoría de los países, sino porque es una conducta irresponsable para con uno mismo y con los demás. Seguro que no hay asuntos tan urgentes como para tener que ser respondidos mientras se conduce y si lo fueran, siempre es posible detenerse, estacionar y responder sin poner a nadie en riesgo. Ayunar el uso de tu smartphone en Cuaresma, pero que este hábito permanezca para siempre.
Deja de usar emojis para hablar de tus sentimientos
En lugar de decir «te amo» enviamos un corazón. En lugar de decir «estoy realmente feliz» enviamos una carita con una sonrisa y lágrimas de felicidad. No vamos a proponerte que dejes de hablar por mensajería de texto pero sí que te tomes el tiempo de hablar de tus sentimientos cuando los tengas, de abrirte a la posibilidad de expresar lo que hay en ti con palabras y no con «figuritas». Prívate de los emojis, ayúnalos y habla con el corazón.
Lava la vajilla en formato «ninja»
No hagas alarde, levántate sigilosamente de la mesa, ordena la vajilla y lávala sin presumir, como un «ninja»; que tu familia simplemente descubra que todo está limpio y ordenado como una sorpresa. No importa si no es tu turno, no importa si lo acababas de hacer, no importa si tu no utilizaste nada de lo que se ensució; ofrece ese pequeño esfuerzo doméstico como un ayuno; estás ayunando tu tiempo de descanso, tu comodidad regalándoselo a aquellos que viven contigo.
Habla con Jesús no solo cuando necesites ayuda
Pudiera ser que nuestras oraciones más que conversaciones con Jesús, tienden a ser listas de solicitud de ayuda. No hay nada de malo en eso, no te sientas culpable, Él nos ama y nos ofrece su ayuda y consuelo siempre; pero es buena idea mantener una actitud de oración, sobre todo en Cuaresma, mantenerte hablando con Jesús como quien habla con un amigo, contarle tus cosas, dejarte acompañar en lo cotidiano, aún cuando no necesitas ayuda.
Vacía los basureros, ¡todos!
En casa, en el trabajo, en el colegio, en la universidad, donde sea que puedas, hazlo; vacía los basureros. Siempre hay alguien que se encarga de esto, de mantener el orden y la limpieza. Ayudar en esa tarea, muchas veces desagradable aliviará a quien tenga por función. Es un esfuerzo sencillo, un ofrecimiento muy fácil de hacer que cambiará el día de otra persona, de un «Jesús» presente en el prójimo.
Tus chicles donde corresponden
Qué desagradable es pisar un chicle y más desagradable aún es tener que sacarlo de tu zapato sobre todo si está un poco tibio y húmedo aún. Que no sea tu chicle el que quedó en el piso ni ninguno de tus papeles u otros desperdicios. Amar al prójimo también lo podemos expresar cuidando los espacios comunes, siendo ordenados y considerados por aquellos que pasarán por aquellos lugares que yo ya visité.
Haz la caminata de la mentira
Si te descubres a ti mismo mintiendo, levántate, apártate y da una breve caminata. No es un auto castigo, es un momento para pensar sobre la necesidad de mentir o el impulso no controlado de faltar a la verdad conscientemente. No sigas encumbrando aún más alto algo que no es verdad, solo camina y toma un respiro dándote la oportunidad de hacer las cosas bien.
Deja de hablar del ayuno
A veces cuando logramos algo que se nos ha costado trabajo, nos gusta compartirlo con los demás. Es una reacción natural el querer mostrar aquello que hemos logrado con esfuerzo; pero en el caso del ayuno, ayuna el comentarlo en público, sobre todo porque Jesús nos invita a hacerlo. De hecho él critica a los que ayunan y se jactan de su gran piedad y virtud (Mt 6, 16-18). Que tu ayuno, cual sea que fuere, sea algo íntimo, entre Jesús y tu.
Si eres crítico, calla y reza
Si eres de esas personas con agudeza y sensibilidad para descubrir aquello que los demás no hacen bien (ya sea sin querer o por negligencia), durante esta cuaresma calla, respira profundo y reza por ellos, acompáñalos con tu oración para que salgan de su error y al mismo tiempo forja en ti en el dominio propio.
Si te apetece una golosina… compra dos
Idealmente puedas abstenerte de comidas a deshoras y de alimentos que realmente no necesitas para nutrirte, sino para complacer tus «gustitos», pero si realmente necesitas una dosis de azúcar para continuar con tus tareas del día, no compres solo un dulce, que sean dos. Uno para ti y otro para regalar, idealmente a alguien que no se lo espera, un compañero de trabajo o estudios que no es muy cercano a ti, el conductor del autobús, quien sea.
Si no es necesario, que sea sin maquillaje
No es algo sexista ni mucho menos; es una invitación a la modestia y el pudor. Que en la medida de lo posible, no tengamos que buscar la aprobación de los demás por nuestra apariencia y eso corre tanto para hombres como para mujeres. Obviamente hay ocasiones en que ameritan un poco de cuidado y arreglarse con más dedicación pero cuando no sea así, ¿qué tal si salimos a la calle tal cual somos?
En persona es mejor, en especial si son sentimientos
Si se trata de recordarle que traiga pan o tomates, entonces adelante; pero si necesitas resolver algo que involucra sentimientos, sea amor, felicidad, enojo, pena, celos o cualquier otro, ¿qué tal si te aguantas hasta que puedas conversarlo en persona? Hay ocasiones en que las aplicaciones de mensajería se presentan como una buena alternativa para resolver tus sentimientos, pero muchas otras son solo un canal para desahogarse y vaciar lo que tenemos en el corazón en lugar de abrirse al encuentro con el otro de forma sincera, sin esconderse detrás de una pantalla. Que Cuaresma sea un tiempo de hablar cara a cara.
Ayuna agua, pero en la ducha
No sé ustedes pero cuando se acaba el shampoo llegando a fin de mes, le pongo un poco de agua a la botella y utilizo ese poco que queda. Increíblemente funciona, sale espuma y me alcanza no solo para una, sino para varias duchas. No me siento más sucio que en las duchas del resto del mes donde usaba shampoo a destajo. Entonces quiere decir que puedo ducharme con menos. Lo mismo aplica para el agua. No te hablo de una ducha corta y en donde solo te mojas, la idea no es que salgas de casa sucio, sino que descubras que puedes asearte con menos. Más que un asunto de economía y ahorro se trata de una invitación a la austeridad, de aprender a vivir nuestra rutina sin gastos innecesario.
No finjas que no tienes tiempo
¿Quién no está ocupado y los días se le pasan uno tras otro con la agenda llena de actividades y compromisos? No se trata de que seamos unos ociosos que mienten diciendo que están atendiendo asuntos importantes para justificar su falta de compromiso. Todos estamos ocupados. Pero a la vez todos podemos hacernos un tiempo. Ya sea tiempo para ir a una Hora Santa, para conversar con amigo, tiempo para ir a misa los domingos (sí, hay quienes no van a misa una vez a la semana argumentando falta de tiempo). Si tienes tiempo no finjas que escasea.
No al falso orden y la falsa limpieza
Sobre todo cuando estamos cortos de tiempo, pudiera ser que somos menos prolijos en nuestros quehaceres. Tendemos la cama a la rápida, lavamos la taza café simplemente con una pasada por el agua, hacemos el aseo solo donde es visible, aun sabiendo que las cosas siguen sucias o desordenadas. En Cuaresma, tomarse el tiempo, aun cuando no haya tanto tiempo, para ordenar y limpiar bien en lugar de gastar ese tiempo intentando esconder la suciedad y ordenando las cosas de tal forma que no se note el desorden detrás de ellas.
Borra una app de tu teléfono
Mucho se habla del uso desmedido que damos a los smartphones y como estos modifican nuestras conductas. Ayunemos una aplicación durante 40 días. Obvio que habrán algunas que necesitas para trabajar o mantener el contacto con tu familia, pero otras son meramente recreativas, que alimentan tu ocio y te enajenan, aislandote de todos. En lugar de ayunar algún alimento en especial (o además de un alimento en especial), private de una aplicación, una que signifique realmente una renuncia y ofrece esa incomodidad.
Devuelve el carrito del supermercado
Reclamamos cuando no hay carritos suficientes en el supermercado, pero pocas veces hacemos el viaje de regreso para devolverlos de donde los tomamos, sobre todo si estacionaste lejos. Muchas veces vemos carritos naufragando entre los pasillos de un estacionamiento esperando ser rescatados por algún empleado. ¿Qué tal si devolvemos el carrito de donde lo tomamos?. Si sé, seguro que habrá que caminar lejos y luego regresar, ¿y cuál es el problema con eso? El prójimo también va al supermercado y necesita un carro, el prójimo también trabaja ahí y tiene que ir a recoger ese carrito que dejaste abandonado.
Evita las fotos, prefiere los recuerdos
Hay momentos que invitan a ser registrados con una fotografía, ya sea para los archivos personales como para compartirla en redes sociales (¡sobre todo para compartirla en redes sociales!). Que no sea un acto reflejo el sacar tu teléfono y fotografiar el momento, más bien toma consciencia de lo que está ocurriendo y contémplalo de corazón. Sin cámaras, sin fotos, solo con tus ojos y tu alma abierta para guardar el recuerdo de lo que estas viviendo. Que no te preocupe la luz o el flash, preocúpate de sacar una foto mental que dure para siempre.
Desayuno para todos… sí, eso significa levantarse antes
Las mañanas son un momento difícil, muchos no comemos bien solo porque el preparase una comida rica y adecuada para soportar las demandas del día, implica levantarse antes y uno siempre valora esos minutos extra en la cama. Un día de estos, en Cuaresma, prívate de esa vuelta de más en la cama, salta de ella y levántate antes que los demás en casa para preparar el desayuno para ellos y ayudarlos a comenzar su día. Es un ayuno pequeño, salir de la cama, pero ni te imaginas como cambia el despertar de los demás.
©Catholic Link
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