Muchas personas que se nos acercan en las parroquias o en los grupos apostólicos manifiestan que les es difícil la formación en la fe. Sienten que es una tarea tediosa y larga. ¡En ocasiones hasta nosotros hemos sentido que es demandante y ardua!

¿Y si te propongo iniciar con pequeños hábitos que no toman más de 5 a 10 min diarios? 

¡No es broma! A continuación te sugiero 4 pasos con los que cualquiera puede comenzar su camino de formación en la fe.

1. Leer el Evangelio

formarse en la fe

Una sencilla práctica cotidiana es la de leer el evangelio correspondiente al día. Puedes buscar en internet algunas páginas que traen las lecturas junto a un comentario bíblico o una reflexión práctica de cómo aplicarlo a la vida diaria. O bien, adquirir los pequeños folletos con las lecturas y así poder subrayar lo que te llame la atención.

Otra manera que me ha servido a la hora de acercarme más a la Palabra de Dios es la de escuchar podcasts con el evangelio y alguna reflexión, luego hacerme preguntas basadas en el texto. Todo esto ayuda a irnos configurando con la Palabra. 

Conviene, además, tomar una frase o palabra que nos haya llamado la atención y tenerla como jaculatoria para la jornada. Traerla a la mente y preguntarnos por qué nos llama la atención, que nos dice, que sentimiento nos causa… Esto nos mantiene en contacto con el mensaje que Dios nos comparte. 

2. Descubrir el catecismo

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Hay diversas ediciones y formatos del Catecismo de la Iglesia Católica. Está el compendio y algunas cartillas para niños y/o jóvenes que hacen más fácil su lectura y comprensión, todas estas presentaciones vienen enumeradas. Un ejercicio bastante interesante es el de tomar unos cuantos numerales o uno solo al día

Leer diariamente el catecismo, numeral a numeral, nos dará elementos para dar respuesta de nuestra fe, para argumentar y también para corregir posibles errores de comprensión que tengamos.

3. ¡Visitar al Maestro!

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Visitar al Santísimo Sacramento es una práctica de piedad que aviva nuestra fe. Tratar a Jesús presente en la Eucaristía fortalece nuestro espíritu para poder caminar con mayor fuerza, valentía y decisión en el sendero de la fe

Orar íntimamente con el Señor, sosegar nuestro espíritu… nos llevará a querer conocerle mejor. Además, Él es el Maestro, ¿no?

Si tienes dudas sobre cómo empezar, aquí te dejo un artículo que te sugiere cómo incorporar la visita al Santísimo en tu plan de vida.

4. Conocer el testimonio de fe de santos

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Una lectura atenta (¿10 minutos?) de la vida de los santos, de sus obras, escritos… siempre será un recurso lleno de sentido para fomentar la fe.

Así podremos comprender que ellos vivieron situaciones complejas, difíciles, tristes y alegres. Que tuvieron sueños cumplidos y otros que no llegaron a consolidarse. Al igual que tú y yo, y que en medio de esa humanidad tan frágil, encontraron los medios para alcanzar la santidad

Todo esto nos hará comprender que en el camino que recorremos diariamente, en el cual nos topamos con un sinfín de realidades, tenemos ante nosotros siempre la opción por la santidad. Como dice el Papa Francisco, cuando habla de «los santos de la puerta de al lado».

Y querido amigo, esos santos podemos ser nosotros, ¡no lo olvides! 

 

P.D.: Recuerda que caminamos juntos, entonces, pues la formación en la fe es más fácil 😉