

Elementos apostólicos
Por un lado, el video me hacía pensar en el ser humano. El hombre, por su naturaleza, busca la verdad. Pero pensaba, al mismo tiempo, que no se contenta con conquistar verdades parciales o científicas. Su búsqueda tiende hacia una verdad superior que pueda explicar el sentido de la vida; por eso es una búsqueda que solo encuentra solución en el absoluto. Siempre tiende a algo que está encima del objeto limitado inmediato de los estudios, a los interrogantes que abren el acceso al misterio. Por eso, tantos científicos en la historia no se han conformado con los estudios ya realizados, sino que han ido cada vez más allá. Eso justamente me habla de cómo la búsqueda del hombre es interminable, porque se va abriendo al Misterio de la Verdad, en el cual, su razón no puede agotarla, sino que se ve necesitado de ir más allá de sí misma, en apertura a un «Otro» que se le revele.
Además, estuve leyendo la «Fides et Ratio» de Juan Pablo II que habla de la relación imprescindible entre la razón y la fe. En esa encíclica, el Santo Padre describe algunas reglas o parámetros de la razón que me parecen relevantes para el diálogo después de ver el video. En primer lugar, el conocimiento del hombre es un camino sin descanso; en segundo lugar, no se puede recorrer este camino creyendo que es fruto solamente de una conquista personal; y, finalmente, la razón debe reconocer sus límites y debe estar abierta al absoluto. Si alguna de estas reglas no se cumplen, el hombre no se abre a lo trascendente dimitiendo de su propia humanidad que la busca y, por lo tanto, dimitiendo también de su razón y su capacidad de conocer la Verdad.
Dinámica
Aconsejo poner de tarea investigar los estudios de los científicos que comprobaron que el universo tenía una causa y también de los que veían que no tenía, para comparar argumentos y sacar conclusiones propias.
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