Cattura6

«Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. (Mc 10, 29 – 30).

Jesús siempre fue sincero con sus apóstoles. Nunca les hizo una promesa falsa. Cuando los llamó a su servicio nunca maquilló la verdad. En sus diálogos jamás les ocultó las dificultades que habrían de pasar e incluso en el pasaje de San Marcos que acabo de citar, donde el Señor describe todos los bienes que sus discípulos habrían de recibir, no deja de recordarles que todo eso vendría también «con persecuciones»; al menos en este mundo. Hay algo profundamente distinto en el modo como el Señor nos propone las cosas y el modo como el mundo nos propone sus cosas. Jesús no necesita ninguna estrategia de marketing, no quiere venderte un producto y jamás se le ocurriría retocar una verdad tan esencial para nuestra vida como lo es nuestra vocación.

Tal vez por eso este video me ha gustado tanto. Ninguno de los sacerdotes que aparecen dan la impresión de ser super-hombres, ninguno se ha puesto una falsa sonrisa y no parecen ni por un segundo querer prometernos algo que ellos mismos no hayan vivido. La vocación cuesta porque el amor cuesta; pero ni el dolor ni la dificultad esconden la grandeza y la hermosura de una vida cargada de sentido. Las promesas que nos hacen estos sacerdotes van más allá de una mera propaganda vocacional; creo que hay un esfuerzo auténtico por mostrar el sacerdocio sin adornos y sin rendir homenaje a los estándares de lo que es «atractivo» para el mundo. ¿No fue con esa claridad con la que el Señor Jesús llamó a los que quiso?

Ahora, lo que no me gustó: ¿cómo hicieron para -casi- eliminar a Jesús del guión? Decir al final del video: «serás testigo de Jesucristo» no basta y no explica lo suficiente. Uno es sacerdote por Jesucristo y lo que mantiene encendido el corazón de un cura es su unión con Cristo, su amistad con Cristo, su pasión por Cristo… de ahí se desprenden la aventuras, el sentido, el alimentar al mundo o el unir corazones. Si estamos hablando de promesas pues la gran promesa es que Él estaría con nosotros hasta el fin del mundo y por toda la eternidad. Personalmente pienso que nada es más hermoso y nada es más grande, sobre todo para un joven que contempla una posible vocación, que Cristo lo ama, lo llama y se mantiene a su lado fielmente por siempre. El sacerdocio es una vida de oblación «con Él y en Él». Si nos quedamos en: «vida de oblación…», creo que no se hace justicia a la hermosura del sacerdocio.

De todas maneras es una excelente iniciativa y vale la pena difundirlo.