

Efectivamente, como dice el Padre Mike en el video que verás a continuación, el tema de hoy es uno de esos que puede ponernos incómodos y de pronto con ganas de apagarlo y no verlo más. Incomodidad que, me atrevo a decir, surge porque nos sentimos invadidos y juzgados de alguna manera en esa parte de nuestra fe, que tenemos que juzgar individualmente porque tiene que ver con nuestro libre albedrío y la intimidad de nuestras vida. Nadie debería tener derecho a inmiscuirse, ¿o no?
Pero hay que detenerse un poco y evaluar al mensajero. No es un amigo metiche que de pronto nos viene a dar cátedra de cómo tenemos que vivir nuestra vida. O alguien que opina sin que lo hayamos pedido. Se trata de un sacerdote con una trayectoria y un amor por Dios (y su Iglesia) como pocos. Alguien que se atreve, abiertamente y con naturalidad a señalar un comportamiento que es considerado como natural y frecuente dentro de aquellos católicos que vivimos la fe con convicción. Y nuevamente, creyendo que porque la vivimos con convicción podemos sentirnos inmunes a los errores, a la propia fragilidad humana y exentos de necesidad de corrección.
*Puedes activar los subtítulos en español en la parte inferior derecha
¿Ideas del siglo pasado?
He tenido que escuchar el video más de un par de veces para sentir que no soy una señora «cucufata» a la que las ideas del siglo pasado le parecen mejor. He tratado de dejar el prejuicio de mis 40 y pocos años y despojarme de la etiqueta de «pasada de moda» para atreverme a escribir sobre este tema. O sea, luego de escuchar el video muchos podrían pensar: Si los chicos hoy no tienen relaciones sexuales ya es un milagro, entonces por lo menos déjenlos dormir juntos y ¡no fastidien tanto con el tema!
Pero hay algo más profundo aquí, que no tiene que ver con el tiempo, ni la libertad sexual (o la represión de la Iglesia). Los argumentos que el Padre Mike expone para explicarnos la gravedad de una acción que en apariencia puede ser inocente son muy buenos y además válidos. Exponerse y estar intencionalmente en ocasión de pecado… es pecado. Promover un comportamiento incorrecto y potencialmente pecaminoso como normal, constituye un pecado de escándalo y compartir una intimidad profunda que debería estar reservada solo para aquella persona que será tu esposo… pues también.
¿Será todo esto una exageración?
Si has leído hasta aquí y no has visto el video, es muy probable que ya estés pensando que todo esto es una exageración. Antes de que juzgues así quiero dejar en primer lugar y muy en claro que no estoy condenando a nadie, ni lavándome las manos. Ojalá alguien me hubiera explicado esto en mi juventud. Cuando uno ama, cuida. Busca el bien mayor para el amado. Alguna vez le decía a alguien (y tal vez lo escribí), no se trata de dibujar un mapa en el cuerpo de tu novio y señalar las partes a las que se tiene libre acceso y a las que no. Se trata de la pureza, de la intención con la que te acercas. Con la que amas. Y además siendo cristiano lo que predicas con el ejemplo.
Lo más grande que tenemos (además de la propia existencia) es esa libertad de poder escoger cómo actuar en nuestra vida. En que podemos optar cada vez más por un amor libre, tranquilo y calmado a Dios. Cosa muy distinta a tener un comportamiento reprimido por el miedo. No se trata de guardarse las cosas por tener miedo, o no hacer tal o cual cosa porque la Iglesia lo prohíbe. Se trata de conquistar la libertad propia para poder tomar decisiones en calma y con prudencia. Y eso tiene un tiempo y un camino que, nuevamente en libertad, cada uno puede escoger.
Para lograr esto creo que es necesario tener muy presente la propia fragilidad, fragilidad que nos acompañará siempre, pero que mientras más unidos a Dios y fortalecida esté nuestra relación con Él, más herramientas tendremos para convivir con ella en paz. No hay que ser ingenuo y creer que si tenemos una vida de fe activa, nuestra fragilidad desaparece. El camino es largo, pero también es bello. Por lo menos, piénsalo.
Tengo una pregunta, y si no tengo ninguna tentacion sobre si cuerpo?, Si ya e evitado tentaciones con facilidad, si mí intención no es sexual, solamente dormir? Si no tengo ninguna tentacion de eso, porque tengo control sobre ese tema sobre mí? , Es pecado igual? Aunque no haya tentación?
Tengo una pregunta, y si no tengo ninguna tentacion sobre si cuerpo?, Si ya e evitado tentaciones con facilidad, si mí intención no es sexual, solamente dormir? Si no tengo ninguna tentacion de eso, porque tengo control sobre ese tema sobre mí? , Es pecado igual? Aunque no haya tentación??
Si, escuchas el video padre si. Por el escándalo y porque es acto reservado para la intimidad del Matrimonio
Todo depende del nivel de santidad que uno tenga si uno sabe que es débil en su fe y sabe q va caer pues sabe a lo que va pero si uno es fuerte en la fe y tiene temor de Dios no va pasar nada …
NO ES QUE ALGO SEA PECADO Y YA PARA TODOS IGUAL NO ES ASI LA TENTACION ESTA PERO CADA PERSONA ES DIFERENTE SI A TI TE HACE PECAR UNA MUJER DESNUDA Y A MI NO ME MUEVE NI UN PELO AUNQUE ME GUSTEN LAS MUJERES PERO SOY SANTO AMO A CRISTO TENGO TEMOR DE DIOS HOMBRE NO VA O PASAR NADA
Cuando va a evolucionar la Iglesia Dios mio??????????? Amo a mi novia y eso NO ofende a Dios.
Madre mia, el daño que hacéis!!!!
Creo que no es pecado, pero obviamente estar en la misma cama es tentación. El punto es que esto es más común entre los más jóvenes y lleva a que sean promiscuos y su despertar sexual sea a temprana edad. 12 y 13 años y niños ya tienen sexo. Ese es el punto. evitar la tentación.
Gracias por compartir, hoy en dia es muy necesario leer estos consejos que son de ayuda personal para trabajar en la pureza y la castidad. !Mi oración por ti, que el Señor te bendiga!
Si tan solo escudriñariamos las escrituras y pondríamos en práctica la palabra de Dios nuestro mundo seria diferente. Dios nos bendiga.
Al matrimonio no se llega de cualquier forma. Un noviazgo vivido en una continencia ofrecida a Dios es donde se forja una persona con las virtudes que se necesitan para el matrimonio. La castidad en el noviazgo es la mejor muestra de amor y no rendirse a la moda, al miedo de estar muy lejos de lo que nos quieren marcar en contra de nuestra fe.