




Esta es la historia de Cristian Mariano Deppeler, un joven argentino que nos trae un mensaje de esperanza, de fortaleza, de perseverancia y de lucha. Este es un video frente al cual no podemos quedar indiferentes. El mismo Cristian nos lo dice: “¡Este video va dirigido a vos!”.
Este hombre nació con un problema bastante serio: los doctores le diagnosticaron que iba a ser “vegetal”, porque al nacer, la anestesia que colocaron a su madre en el parto, le terminó alcanzando a él. Pero, este “vegetal”, como nos cuenta en su video, hizo la primaria, la secundaria, y se graduó de la universidad en Comunicación. “¿Discapacitado yo? ¿Por qué?”.
Este video nos coloca a todos frente a una realidad muy hermosa: no hay dificultad o problema tan grande que no pueda tener salida o solución. Claro que muchas veces esta solución o salida no es necesariamente la que nosotros, en primera instancia, queremos. “Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni mis caminos son los caminos de ustedes” (Isaías 55, 8). Y Cristian Mariano, nos recuerda el fundamento de esto: “La gente dice ‘No sirvo para nada, para qué nací’. ¡Naciste para mucho! ¡Vales mucho!”.



¡Y cuánta razón tiene! No nos hace valiosos el tener o no tener problemas o dificultades. No nos hace menos tener tal o cual dificultad o discapacidad. El fundamento de nuestro valor está en nuestra dignidad, desde que somos concebidos, como hijos de Dios, y por lo tanto hechos para mucho, para cumplir ese propósito para el cual hemos sido puestos sobre la tierra, sea el tiempo que sea.
Como menciona Cristian, es fundamental para dar ese “giro” dejarse de preguntar tanto y reclamar con esos “¿Por qué?”, que tantas veces lanzamos al cielo. Y más bien empezar a preguntarse “¿para qué?”: “¿Para qué Dios permitió esto? ¿Cómo puedo ayudar con esto?”. Darle un sentido. Cristian nos cuenta: “empecé a conseguir muchas respuestas. Entendí el propósito de mi vida”. En la leyenda de una foto de su niñez, en su página de Facebook, nos cuenta: “Aunque mis limitaciones son más notorias, trato de no perder el ‘para qué’ de mi vida”.
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Cada vida tiene un propósito, cada día tiene un propósito, como dice Cristian: “estoy seguro que tu vida tiene un propósito”. Debemos esforzarnos por descubrirlo, en las pequeñas y en las grandes cosas. Los obstáculos, dificultades, problemas, ¡son solo eso! No nos determinan. Más bien, el hecho de que aparezcan, terminan siendo certezas de que vamos por el buen camino, si vamos de la mano de Dios.
Preguntas para el diálogo:
¿En ocasiones te dejas sobrepasar por los problemas o dificultades de la vida, perdiendo la esperanza y perdiendo el horizonte?
¿Eres consciente del valor de tu vida? ¿Por qué?
¿Respondes con más frecuencia al por qué o al para qué en tu vida? ¿Cómo ves esto en tu realidad concreta?
¿Cuál es el propósito de tu vida?
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