

Dios definitivamente nos sorprende todos los días. Esta semana Silvana, quien es parte del equipo de CatholicLink, me compartió este video y me dio mucha alegría verlo porque contiene un mensaje de esperanza.
Probablemente a este punto ya estés cansado de escuchar, leer o ver en las noticias una cantidad inmensa de información acerca del COVID-19. Tal vez el ritmo de vida que estabas acostumbrado a llevar ha cambiado tan drásticamente en las ultimas semanas que es difícil asimilar en qué momento tantas cosas sucedieron. Sin embargo, quizás tú o alguien cercano a ti haya padecido esta enfermedad, y esto te haya dado otra perspectiva de la situación.
Hoy quiero compartirte una canción llamada «Lockdown» que me emocionó mucho. Es una muestra de lo que somos capaces de hacer cuando nos unimos y sacamos provecho de nuestros dones. Luego de que terminé de ver el video completo pensé en tantas cosas que nos ha permitido ver este tiempo de cuarentena y en las mil lecciones que podemos sacar con el pasar de los días.
En que este tiempo nos ha permitido ser más agradecidos y conscientes de lo que tenemos. En que vivir un día a la vez es clave para no dejarnos sumergir en la ansiedad. En que es importante recordar que somos amados por Dios y en que de las crisis siempre, siempre podemos aprender. Después de que escuches la canción, te invito a reflexionar sobre estos temas que mencioné.
Dar gracias a Dios cada día
Doy gracias a Dios porque la mayoría de las personas que conozco se tomaron muy en serio la responsabilidad de cuidar de sí mismas y de los demás practicando distanciamiento físico. Muchos tuvimos la oportunidad de quedarnos en casa durante algunas semanas y seguir trabajando o adelantando proyectos pendientes.
Pero esta no es la situación que hoy viven millones de familias en todo el mundo en condiciones vulnerables. Hay quienes deben decidir si quedarse en casa y protegerse, o salir a trabajar para poder comer. Es triste ver cómo familias enteras han tenido que ver partir a sus seres queridos a través de la pantalla de un celular. O quienes han perdido sus empleos, y han visto como todo aquello por lo que se esforzaron por años de repente se ha esfumado.
Quizás en este momento puedas estar muy aburrido o incluso deprimido, al pasar tanto tiempo en casa y no poder salir. Tal vez quisieras tener la oportunidad de estar más tiempo con tu familia pero debes salir a trabajar o incluso arriesgar tu vida por el bien de otros.
Está claro que cada experiencia particular es importante y que las situaciones tienen un efecto diferente en cada persona. Sin embargo, algo que este tiempo me ha enseñado es a seguir dando gracias a Dios cada día por todo lo bueno que nos regala a mi familia y a mí.
En momentos difíciles me ayuda contar las bendiciones que hay en mi vida. Incluso las que parecen obvias y a veces doy por sentadas como estar vivo, poder respirar, caminar, etc. Hay muchas cosas que damos por sentado pero que ahora cobran un inmenso valor. ¿Has intentado agradecer por todo aquello que parece simple?
Vivir un día a la vez
Hace cuatro semanas nuestra familia recibió la noticia que una de mis tías quien se encuentra ahora en España fue diagnosticada con la infección y tuvo que ser admitida al hospital por la severidad de sus síntomas. Las limitaciones para viajar no les permitían a sus hijos estar en contacto con ella, y fue muy difícil los primeros días tener noticias de su estado porque los servicios de salud estaban colapsados. Dependíamos de que algún medico o enfermera nos contara de
su estado de salud por algunos minutos a través del teléfono.
En mi caso, había leído los estudios mostrando el pronóstico en distintos grupos de pacientes, y no me era difícil imaginarme los peores escenarios. Pero tal vez lo que más me costaba era pensar en la soledad que mi tía debía sentir en medio de su enfermedad. Así como la preocupación e impotencia de toda la familia al no poder acompañarla ni hacer nada por ella.
Las semanas que siguieron fueron muy difíciles emocionalmente para sus hijos y para toda la familia. Pero Dios estuvo
siempre presente y nos dio la gracia de vivir un día a la vez. Mi tía salió del hospital hace una semana, y continúa recuperándose en casa. Es una gran bendición para todos nosotros, y un milagro verla mejor luego de todo lo que vivió.
Saberse amado por Dios, sin condiciones
Trato de tener presentes en mis pensamientos y en mis oraciones a todas las personas que se han visto afectadas de alguna manera por esta pandemia. Recuerdo claramente que durante la hospitalización de mi tía, uno de los evangelios del domingo era sobre la resurrección de Lázaro (Juan 11, 1-45).
Durante toda esa semana tuve la oportunidad de pensar un poco acerca de esa lectura y ser consciente que Jesús no solo entendió el dolor de sus amigos, sino que lloró con ellos. Es una imagen muy sencilla de un Dios que es cercano, entiende nuestro sufrimiento, y esta allí de una manera especial y única para cada uno de nosotros. Un Dios que nos ama con un amor sin exigencias, limitaciones o condiciones, solo nos pide abrirle la puerta y dejarnos amar.
Tiempos de prueba sacan lo mejor y lo peor de nuestra humanidad
Seguramente has sido testigo de toda clase de actitudes durante esta pandemia, de distintas personas y a distintos niveles. Algunas quizás son negativas y te decepcionan un poco, pero también están actitudes que nos inspiran a tener esperanza, que nos recuerdan que nuestro tiempo en la tierra es limitado y podemos vivirlo de la mejor manera cuando salimos de nosotros mismos.
El video que te compartí me gusta por su sencillez, distintas personas en distintos países del mundo comparten la música como un lenguaje universal. Nos recuerdan que todos somos humanos y compartimos una misma casa.
¿Que tal un experimento para esta cuarentena? Te reto a tener un acto sencillo de generosidad para animar a otra persona. Puede ser compartir una llamada, un mensaje, una canción, una oración. Hacer reír a alguien que viva contigo o alguien distante por algún otro medio.
Tocar un instrumento, subir un video con un mensaje de animo en tus redes sociales, compartir algo material con alguien quien sabes lo necesita. ¿Te animas? Que estos tiempos de prueba solo tengan la capacidad de sacar lo mejor de nosotros y nos ayuden a crecer en la esperanza y a compartir esa misma esperanza con otros.
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