El video que les comparto hoy, además de hacerme mucha gracia, me llevó a reflexionar sobre qué tan accesibles somos ante Dios. ¿Será que el nos busca por todos los medios para contactarnos y nosotros nos hacemos los locos? En este comercial, un grupo de abuelas acepta un entrenamiento digital fugaz, con el objetivo de hackear a sus nietos y probar qué tan fácil caen en la trampa.

¿Será necesario que Dios me ponga una «trampa» para caer en sus manos?

Creo que a veces tratamos de huir de Dios y de todo lo que Él significa, porque nos sentimos aterrados. Porque tal vez las heridas son tan profundas y los problemas tan grandes, que nos negamos a aceptar incluso su existencia, mientras Él espera paciente a que queramos volver. Vale la pena preguntarnos ¿Cómo está mi relación con Dios?, ¿será que en este momento Él está dispuesto a «hackear» nuestras vidas para encontrarse con nosotros?

Ser fieles a Cristo jamás ha sido sencillo, nadie dijo que fuera tarea fácil. Pero tal vez si ponemos un poco de nuestra parte, la vida podría ser más sencilla.

¿Accedo fácilmente a interactuar con los demás?

Con esto no me refiero a hacer nuevos amigos. Sino a estar ahí cuando otros me necesitan. Puede que tenga muchos amigos o familiares, pero ¿estoy ahí cuando ellos requieren de cuidado o protección? o ¿prefiero huir y excusarme en temas que no requieran de tanto «sacrificio»?

Las barreras que le ponemos a nuestros amigos o a nuestra propia familia, son tal vez las mismas que le ponemos a Dios para que no intervenga en nuestra vida. Te invito a reflexionar sobre lo que estás dispuesto a darle a otros, sobre el tiempo que le dedicas a los que quieres, sobre las prioridades que le das a tu plan de vida y sobre los obstáculos que tú mismo le pones a otros en el camino para que no lleguen a ti.

Comparte este post con tus amigos y recuerda que a diferencia de nosotros, Dios siempre nos espera con los brazos abiertos, sin importar cuánto tiempo hayamos decidido tenerlo alejado de nuestras vidas.