

En una ocasión le preguntaron a San Pío de Pietrelcina acerca de por qué insistía tanto en la consagración al Inmaculado Corazón de la Virgen María.
El santo capuchino respondió con mucha solemnidad que insistía tanto debido a que el corazón de la Virgen María es el único lugar en donde Satanás nunca ha puesto ni pondrá nunca un pie, por lo que jamás llegará a capturar las almas que allí se hospeden.
¿Tienes una idea de cómo se originó esta devoción? ¿Sabes que la Virgen ha realizado una gran promesa para quienes sean devotos a su Inmaculado Corazón? Si quieres saber más, te invito a que leas el siguiente artículo para interiorizarte más acerca de esta hermosa devoción hacia nuestra Madre.
Historia de la devoción al Inmaculado Corazón de María



La historia del Inmaculado Corazón tiene dos partes. La primera parte comienza en el siglo XVII en Francia con un sacerdote llamado Juan Eudes (canonizado en 1925). Gran devoto de la Virgen María y extraordinario misionero (¡llegó a predicar en vida unas 110 misiones!).
Es conocido por haber introducido, primero en su país y luego a toda Europa (hasta llegar a nosotros) dos importantísimas devociones en la Iglesia: la del Sagrado Corazón de Jesús y la del Inmaculado Corazón de María. Los dos corazones por cuyos latidos se mantiene con vida el mundo entero.
La segunda parte de la historia tiene lugar un tiempo después: en el siglo XX, en el país de Portugal, Fátima. Entonces, la Santísima Virgen María y el Niño Jesús se aparecieron a Santa Lucía en la pequeña habitación que ella tenía en el Convento de las Hermanas Doroteas de Pontevedra, en el año 1925.
Antes, en 1917, la Virgen les había prometido a los pastorcitos de Fátima que volvería. «Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora los primeros sábados», les dijo.
El 10 de diciembre de 1925 la Virgen cumple con lo dicho y es aquí donde nuestra Madre realiza su pedido y, con relación a él, su gran promesa.
La Santísima Virgen puso su mano en el hombro de Sor Lucía. Mientras lo hacía, le mostró un Corazón rodeado de espinas que ella tenía en la otra mano. Al mismo tiempo, el Niño Jesús le dijo:
«Ten pena del Corazón de tu Santísima Madre, que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para quitárselas».
La gran promesa



Luego le dijo la Santísima Virgen:
«Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas, que los hombres ingratos en cada momento le clavan, con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado se confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas».
El Niño Jesús se le volvería a aparecer a Santa Lucía el 15 de febrero de 1926 para recalcar la importancia de esta sublime devoción. Desde entonces, el convento de Pontevedra lleva el nombre de «Santuario de las Apariciones».
La expansión de esta devoción



La mayor de los pastorcitos de Fátima dedicaría su vida entera a extender esta devoción. El 31 de octubre de 1942, al finalizar la celebración en honor a las apariciones de Fátima y en medio de plena Segunda Guerra Mundial, el Papa Pío XII consagró el mundo entero al Inmaculado Corazón de María conforme al mensaje de estas apariciones. He aquí un fragmento de sus palabras:
«Ante tu trono nos postramos suplicantes, seguros de alcanzar misericordia, de recibir gracias y el auxilio oportuno… Obtén paz y libertad completa a la Iglesia santa de Dios; detén el diluvio del neopaganismo; fomenta en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, para que los que sirven a Dios aumenten en mérito y número».
El Papa, a su vez, oficializaría esta festividad en toda la Iglesia el 4 de mayo de 1944.
¡Bendito sea el Inmaculado Corazón de María! Él es abogado de los pecadores, consuelo de los afligidos y refugio de los desamparados. En él se disipan todas las penas y por él encontramos un camino llano y seguro para llegar junto a Jesús. En él se respira el más puro amor: justamente por ello Lucifer jamás podrá poner un pie dentro de él.
¡Oh, si acaso todos cumpliéramos con lo que nuestra Madre nos pide…! Este mundo sería, sin duda, un sitio más feliz.
Oración de consagración al Inmaculado Corazón de María
¡Oh María, Virgen poderosa y Madre de misericordia, Reina del cielo y refugio de los pecadores!, nos consagramos a vuestro Inmaculado Corazón.
Os consagramos nuestro ser y toda nuestra vida; todo cuanto tenemos, todo lo que amamos, todo lo que somos. A Vos, nuestros cuerpos, nuestros corazones, nuestras almas. A Vos, nuestros hogares, nuestras familias, nuestra Patria.
Queremos que todo, en nosotros y en torno nuestro, os pertenezca, y participe de los beneficios de vuestras maternales bendiciones. Y, para que esta consagración sea verdaderamente eficaz y duradera, renovamos hoy, a vuestros pies, ¡oh María!, las promesas de nuestro bautismo y de nuestra primera Comunión.
Nos obligamos a profesar siempre y valerosamente las verdades de la Fe, a vivir como católicos, enteramente sumisos a todas las normas del Papa y de los Obispos en comunión con él.
Nos obligamos a observar los mandamientos de Dios y de la Iglesia, en particular la santificación del domingo.
Nos obligamos a introducir en nuestra vida, en lo posible, las consoladoras prácticas de la Religión cristiana, sobre todo la Sagrada Comunión.
Os prometemos, finalmente, ¡oh gloriosa Madre de Dios y tierna Madre de los hombres!, consagrarnos de todo corazón al servicio de vuestro culto bendito, a fin de apresurar y asegurar, por el reinado de vuestro Corazón Inmaculado, el reinado del Corazón de vuestro adorable Hijo, en nuestras almas y en todas las almas, en nuestra Nación y en todo el universo, así en la tierra como en el cielo. Amén.
Artículo elaborado por Thiago Rodríguez
La fuerza del amor y entrega de La Santísima Virgen María, nos acompañen y guien siempre, consagrémonos y hagamos acto de reparación, tratemos de inculcarlo en nuestras catequesis, como acto de amor y obediencia a nuestra Madre.
Este tipo de artículos ayudan acrecentar la fe y también a tener conocimiento de lo que paso del porque de la devoción, gracias
Muy buen artículo; es sencillo y entendible.
Invita a la reflexión y meditación sobre este Inmaculado corazón lleno de Amor.
Gracias a los responsables de estas puplicaciones, por hablarnos
del inmenso amor de Jesús y Maria y la necesidad de consagrarse
ES UNA ORACIÓN HERMOSA Y PODEROSA!
Hoy 2 de julio mee a llegado esta reflecion de nuestra madre Santísima, gracias, gracias y mil gracias, la oracion siempre será el arma del cristiano católico para la salvación de su alma.
Muy linda la oración gracias Amén
Al año de consagrarme al inmaculado corazón de María me premió con un hijo varón, que hasta el momento no había podido tener