matrimonio1 300x1621

Este video busca plasmar, con el ejemplo de una pareja de esposos, el valor que tiene la decisión de amar todos los días en un matrimonio. En el caso visto, la esposa tuvo que pasar una experiencia trágica para que su pareja recapacite y busque avanzar en el compromiso que había realizado cuando decidieron vivir para siempre. A pesar, que en el video la mujer tenga que pasar por una enfermedad grave para que el matrimonio se salve, éste contiene elementos interesantes que nos pueden ayudar a profundizar más en el sacramento y la vivencia de este en lo cotidiano. También, es ocasión de avanzar con la Iglesia, ya que hace pocos días se celebró la Jornada Mundial de las Familias en las que el Papa Francisco nos dirigió muchas luces con respecto a este tema tan afectado por la anti-cultura de lo provisorio.

Elementos apostólicos:

1. Aunque parezca obvio me parece interesante descartar que el matrimonio no es como lo pintan las novelas. En ese sentido, el gráfico del matrimonio que muestra el video me parece bastante realista. El matrimonio no es todo color de rosas como, a veces, con fantasías inmaduras uno se imagina. Para nada es algo totalmente negativo. Se trata de ponerse a la altura de lo que el sacramento significa, de aquel «para siempre» que ambos pronuncian. ¿Y cómo ponerse a la altura? Viviendo el amor. El amor es una realidad muy hermosa que, al abrirnos y dejarnos conquistar por ella, se va desplegando nuestro ser ya que hemos nacido para eso. Esta realidad del amor, es algo que vale la pena ser vivido. Pero recordemos que cuanto más valioso es, más exigente es vivirlo también. Por eso, en el matrimonio se presentan alegrías y dolores que son entendidos en el gran marco de ese «amor para siempre» pronunciado por los esposos el día del sacramento y que se funda en la fidelidad del mismo Dios a su Iglesia.

«La fidelidad en el matrimonio, es algo difícil. «¡Seguro que es difícil! ¡Por eso es necesaria la gracia del sacramento. Los sacramentos no sirven para decorar la vida; ¡Qué lindo matrimonio, qué linda la ceremonia, qué linda la fiesta! Eso no es la gracia del sacramento. La gracia no es para decorar la vida, sino para hacernos fuertes en la vida, para hacernos corajosos y poder ir adelante. Sin aislarse, siempre juntos… Los cristianos se casan sacramentalmente, porque son conscientes que necesitan el sacramento, lo hacen porque les sirve para el largo viaje que deben hacer juntos, no a tramos. Necesitan de la ayuda de Jesús, para caminar juntos con confianza, para acogerse uno al otro cada día y perdonarse cada día».

2. Cuando veía al esposo en el video, me daba la impresión de un cansancio con olor a desesperanza. El cansancio o la fatiga siempre va estar en un matrimonio. Sin embargo, el cansancio que me expresaba era como si cargaba un peso que era imposible soportar. Veía en el fondo, falta de amor.

«Aquello que más pesa en la vida es la falta de amor. Pesa no recibir una sonrisa, no ser acogidos, Pesan ciertos silencios, a veces aún en familia, entre marido y esposa. Sin amor, el cansancio se hace más pesado». Sin embargo, el Señor dijo: «Venid a mí los que estáis cansados y atribulados que Yo os daré descanso».

En el Señor Jesús, quien es el Amor mismo, no es que no haya cansancio, sino que la carga se hace ligera y el yugo llevadero. Es por ese fuego del amor, que aumenta en la medida que se ponen «leñas de opciones por el otro», que sostiene y trae alegría a toda la familia. Es por eso que cuando el esposo hace esas pequeñas obras de caridad con ella, su opción fundamental por ella se va regenerando y haciendo cada vez más sólida. Hoy en día, en que la anti-cultura de lo provisorio nos dice: «Si te sientes mal en el matrimonio, no vale la pena perseverar… ¿Para qué sufrir? ¿Para qué aguantarlo (a)? ¿Para qué si tienes la posibilidad de sentirte siempre bien». En primer lugar, esas ofertas son falsas, porque la realidad no es blanco o negro, siempre hay matices, hay luces y sombras. Y segundo, es una oferta egoísta que va en contra de los anhelos más hondos del ser humano. El ser humano está hecho para salir de sí mismo, para entregarse y sólo cuando se da a otro se encuentra a sí mismo. En ese perderse por otro, la persona «perdida» se encuentra. De eso se trata el heroísmo del amor, que no espera situaciones dramáticas como en el video, sino que ama hoy. 

«Esto es el matrimonio, partir y caminar juntos, de manos dadas, entregándose en la mano grande del Señor. Mano en la mano por toda la vida sin hacer caso de esta cultura de lo provisorio que nos corta la vida a pedazos».

Les pongo también un extracto de la promesa que se realiza en el sacramento, para que todo los casados y los que se preparan para vivir esa hermosa vocación, no se olviden de esa opción fundamental que selló o sellará sus vidas con la bendición de un Dios que es siempre Fiel: «Prometo serte fiel, amarte y respetarte, en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad, y de honrarte y amarte todos los días de nuestra vida».