El 11 de febrero de 1858, Bernardita de Soubirous con apenas 14 años, salía a recoger leña como de costumbre junto a su hermana y una amiga, sin imaginar que ese día tendría un encuentro que cambiaría su vida para siempre. Desde una gruta, camino al río Gave, una hermosa señora vestida con una túnica blanca, un cinto azul ceñido a la cintura y con un rosario colgado en el brazo, llamaba a Bernardita en un delicado susurro. Gracias a la respuesta de esta gran santa, ese llamado ha tenido eco en el corazón de millones de personas que hasta el día de hoy responden y acuden a aquella gruta al sur de Francia donde se encuentra la Virgen María, Nuestra Señora de Lourdes. 

Hoy hemos querido traerte a modo de galería, algunos datos sobre la aparición de Nuestra Señora de Lourdes que confiamos ayuden a entender que Nuestra Madre no nos deja solos nunca, se preocupa y nos llama una y otra vez a volver a los brazos del Padre.


7 Datos que no conocías de Nuestra Señora de Lourdes

Lourdes, una confirmación

La misma Virgen de Lourdes confirmó que ella era la «Inmaculada Concepción», concebida sin pecado. El papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854 promulgó el documento «Inneffabilis Deus» que estableció que el alma de la Virgen María, al momento de su creación estaba adornada con la gracia santificante.

Humildad y Pobreza como virtudes necesarias para este mundo

María escoge a Bernardita, una niña pobre y humilde. La Virgen exalta las virtudes de pobreza y humildad, y las considera necesarias para nuestros tiempos donde el poder y tener son la razón de muchos.

La vida del mundo futuro

La Virgen María nos recuerda que la felicidad será encontrada, aunque eso signifique el abrazar la Cruz en este mundo. En su mensaje Bernardita nos habla a todos: «Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro.»

El rosario como arma poderosa

La Virgen se apareció vestida de blanco con un cinto azul ceñido a la cintura y un rosario colgado en el brazo. La primera acción que tuvieron la Virgen y Bernardita fue el rezo del rosario y en todas sus apariciones estuvo con él. La Virgen nos recuerda que el rosario es nuestra arma fiel en la lucha contra el mal.

Lourdes y el agua que cura

El primer milagro de Lourdes es la curación de Catalina Latapie, amiga de Bernardita con un brazo dislocado. Desde ese entonces millones de personas han acudido a Lourdes en búsqueda de sus aguas milagrosas. Son miles los que han afirmado haber sido curados. Hay 70 casos de curaciones confirmadas por los médicos.

Todos los signos de Lourdes nos hablan de Dios

El agua, que cura la sed infinita. La roca que simboliza a Jesús, mi roca y mi refugio. La Luz que ilumina el mundo. La multidud, la iglesia universal. Los enfermos, un pueblo que sufre sin Dios.

Lourdes, el consuelo de los que sufren

Desde el primer milagro, la aparición de Lourdes es un lugar donde los enfermos del cuerpo y del alma encuentran consuelo y sanación. Las curaciones de Lourdes no solo se limitan al cuerpo. Las conversiones y liberaciones de tormentos espirituales, abundan en el Santuario día a día

 

 

 

Si quieres más información del Santuario de Lourdes, te dejamos la información aquí. Para terminar te comparto una bella oración que puedes ofrecerle hoy a Nuestra Señora de Lourdes:

«Bienaventurada seas, Oh la más pura Virgen, por haber condescendido a manifestar tu esplendor con vida, dulzura y belleza en la Gruta de Lourdes, diciendo a la niña Santa Bernadette: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Miles de veces nos hemos congratulado acerca de tu Inmaculada Concepción. Y ahora, Oh por siempre Virgen Inmaculada, madre de misericordia, salud para los enfermos, refugio de pecadores y consuelo para los afligidos, tu que conoces nuestros deseos, nuestros problemas y nuestros sufrimientos, dígnate a echar sobre nosotros una mirada de misericordia.

Al aparecer en la Gruta de Lourdes te complaciste en hacer de él un santuario privilegiado desde dónde dispensas tus favores y donde ya muchos han obtenido la cura para sus enfermedades, tanto espirituales como físicas. Acudimos por tanto, con la más ilimitada confianza a implorar tu maternal intercesión. Consigue para nosotros, Oh Madre adorada, que nuestra petición sea concedida. Por medio del agradecimiento por tus favores, nos esforzaremos en imitar tus virtudes para así un día poder compartir tu gloria.

Oh Señora de Lourdes, Madre de Cristo, tu que tuviste influencia con tu divino hijo mientras permaneciste sobre la tierra tienes ahora la misma influencia en el cielo. Ruega por nosotros y obtén para nosotros de tu divino Hijo nuestras especiales peticiones si esa es la Voluntad de Dios. Amén.

Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros,

Santa Bernadette, ruega por nosotros».