Cuaresma: cómo vivir el ayuno, la oración y la limosna

La Cuaresma nos brinda muchas oportunidades de acercarnos a Dios y por lo tanto ¡de ser felices! Monseñor Munilla, en su libro «Dios te quiere feliz», comenta 10 parámetros —según su parecer— necesarios para la felicidad, esa que solo podemos vivir de la mano de Cristo.

Para el obispo, la vocación que tenemos todos a la santidad (y que recibimos de Dios y está inscrita en nuestro ADN espiritual) encaja perfectamente con nuestro deseo de felicidad.

Tres de esos parámetros son la tríada espiritual que la Iglesia nos invita a vivir de modo especial en la Cuaresma: oración, ayuno y limosna.

1. Necesidad del ayuno

Para nuestra santidad y para realizar nuestro anhelo de felicidad, es importante nuestra fortaleza interior. Hoy en día se habla mucho de resiliencia.

La apertura al sacrificio y mortificación, que muchas veces es importante para poder crecer y madurar humana y cristianamente.

Pero la cultura en la que vivimos nos estimula a ser flojos, blanditos… como una «margarina». Estamos acostumbrándonos cada vez más a la ley del mínimo esfuerzo.

Llenos de caprichos que nos alejan de una virtud tan importante como la templanza, condición indispensable para la vida espiritual.

El ayuno al que nos invita la Iglesia tiene todo que ver con la renuncia para que nuestro ego no se haga la centralidad de nuestra vida.

Lo cual no significa que no podamos tener momentos de disfrute o gozo. Por supuesto que podemos tenerlos, pero también es necesaria la renuncia para que cuando esos momentos de alegría y placer lleguen, los sepamos valorar.

2. Coherencia de vida

Cuaresma: cómo vivir el ayuno, la oración y la limosna

Ahora, nuestro esfuerzo espiritual no puede encerrarse en nosotros mismos. Sabemos que para la vida cristiana es esencial la preocupación por el prójimo.

Estar atento a las necesidades de los demás, compadecerse y ayudar al otro. Por lo tanto, no se trata solamente de ayunar, sino de entregarnos generosamente a los demás.

Esa limosna es la donación que hacemos de nosotros mismos a los demás. No se trata solo de caridad, sino de una empatía social, una preocupación por el bien común.

Una lucha por las leyes naturales, que no se vean atropelladas por leyes civiles que contradigan la naturaleza de las cosas. Debemos cuidar la sociedad, luchar por un mundo más justo y más compasivo.

3. Importancia de la oración

Cuaresma: cómo vivir el ayuno, la oración y la limosna

La vida de fe, es imposible sin la oración. Si no tenemos los espacios para conectar con Dios nuestra fe se convierte en algo abstracto. Necesitamos conectarnos con Dios, establecer lazos profundos de relación personal con Él.

Esto nos debe quedar claro, ¡no hay felicidad sin intimidad con Dios! A veces hablamos mucho de Cristo, pero no tenemos relación íntima con Él.

Es muy distinto hablar de… a relacionarnos y tener intimidad con Él. Que triste sería llegar a nuestro juicio personal, estar frente a Jesús, y no percibirlo como nuestro amigo.

Ojalá estas reflexiones ayuden a que vivamos mejor esta Cuaresma y nos preparemos cada vez mejor para el misterio central y la razón de ser de nuestra vida cristiana.

Pidámosle a Dios que nos ayude a rezar, a crecer en nuestro ayuno y a esforzarnos por brindar la limosna a cuantos necesitan nuestro amor.

Por último te recomiendo estos recursos que pueden ayudarte mucho a vivir una Cuaresma verdaderamente en Cristo:

— Ebook gratuito: «40 días con Jesús»

— Infografía: El Vía Crucis y mi vida

— Video: Qué es la Cuaresma en menos de 10 minutos