«A Joy Story: Joy and Heron» es un tierno corto animado creado por «JD.com, Inc». Protagonizado por un cachorro y una garza, quienes parecen ser enemigos al principio. La lección de estos personajes nos permite reflexionar sobre nuestra capacidad de entrega y servicio. Sobre los obstáculos que en ocasiones nosotros mismos ponemos para no ayudar a los demás.

Este es un recurso con el que podemos ponernos a prueba a nosotros mismos: ¿estoy dispuesto a socorrer al que me necesita?, ¿qué tan diligente soy cuando veo a alguien en problemas?, ¿me pongo en el lugar del otro y me conmuevo?

Siempre dispuestos a ayudar

No importan las diferencias que nos separen. El cachorro y la garza probablemente no tenían mucho en común, no pertenecían a la misma especie, ni se alimentaban de lo mismo. No vivían en el mismo lugar, ni se habían visto antes. Esto mismo nos sucede a nosotros, en la calle, en la oficina, en la universidad, mientras vamos en un bus o en el metro, de camino a casa etc. Cualquier momento puede convertirse en una oportunidad para servir a los demás.

Algunas veces solo juzgamos. Nos apresuramos a pensar lo peor o a criticar, sin detenernos a pensar en el por qué de las cosas. Seguramente todos hemos sido como este cachorro, hemos hecho un escándalo o hemos rechazado sin argumentos a los demás. Qué distintas son las cosas cuando conocemos la necesidad del otro. Y que dulce es la sorpresa de ser ayudados.

Debemos ayudar a los demás desinteresadamente, sin esperar a que llegue el tiempo en que nos «devuelvan el favor». Ayudar con agrado y sin importar la condición. Cuántas oportunidades de ayudar a otros perdemos cuando no hay una buena comunicación o cuando nos dejamos ganar por la indiferencia. La próxima vez que las actitudes o comportamientos de otros nos incomoden o nos molesten, preguntemos ¿qué necesitas?, ¿cómo puedo ayudarte? La necesidad de los que nos rodean es también nuestra necesidad.

«No se trata de preseleccionar a mi prójimo, esto no es cristiano, se trata de tener ojos para verlo y corazón para querer su bien. Si nos ejercitamos para ver con la mirada de Jesús, podremos estar siempre a la escucha y cerca de quien tiene necesidad. Las necesidades del prójimo reclaman ciertamente respuestas eficaces, pero primero exigen compartir». — Papa Francisco