Comunidad: actividades para fomentar participación online

¡Familia! Quiero compartirles un recurso que me funciona mucho cuando tengo que liderar una reunión de comunidad o realizar un taller para jóvenes, adultos y hasta ancianos.

Está bien que las reuniones sean un espacio para formarnos con algún tema doctrinal, planificar proyectos apostólicos, tener espacios de oración etc. Pero me atrevería a decir que hay una experiencia que tiene que estar siempre, para que el resto tenga más sentido, y me refiero a la experiencia del «compartir la vida».

Necesitamos un espacio de contención existencial y emocional. Los jóvenes sobre todo necesitan expresar lo que llevan dentro, compartir en un espacio de confianza los miedos que tienen. Las frustraciones que los golpean, las tristezas que los tumban, las alegrías que los encienden, las rabias que los confunden, y mucho más.

Es necesario un espacio para que se compartan las vivencias 

Comunidad: actividades para fomentar participación online

Después de mis años de experiencia de trabajar con tantos jóvenes, estoy absolutamente convencido, de que si una comunidad no da el espacio en las reuniones para que la gente comparta sus vidas, va a ser muy difícil que nazca la hermandad entre ellos.

¿Por qué? por la sencilla razón de que si no conocen los caminos que cada quien está recorriendo, no se podrán acompañar. Y si no pasa esto, podremos ser lo que sea, pero no seremos realmente hermanos.

La actividad podría titularse: «¿Cómo se siente tu corazón en tres palabras?». Esta dinámica la hago al inicio de las reuniones o talleres. Me sirve porque estamos acostumbrados a que nos pregunten cómo estamos, pero respondemos en automático «bien», «normal», «más o menos», pero con esta nueva pregunta, la diferencia es muy notoria.

¿Cómo se siente tu corazón en tres palabras?

Les dejo un ejemplo. Mi corazón se siente alegre, frustrado y temeroso. Alegre porque estoy pasando la cuarentena con mis papás y mis hermanos, me encanta estar con ellos y vivir lo que estamos viviendo.

Ver que mi hermano nos cocina, jugar tanto con mi viejo en la consola, conversar con mamá. Bailar con mi prima, ver capítulos de «Full House» con mi hermana, son cosas que no hacía mucho antes de la cuarentena.

Frustrado porque no veo a mi novia hace más de 100 días, me hace mucha falta el poder abrazarla, besarla, sentirla cerca. Me frustra no saber cuándo acabará todo esto, es como una cuenta regresiva sin fin.

Y finalmente, mi corazón se siente temeroso porque siento que cada vez hay más probabilidades de que alguien en casa se contagie o que yo puedo contraer el virus. Me da miedo que alguien cercano se ponga mal, me da miedo salir aunque sea a comprar a la tienda.

¡Gracias por leer lo que les acabo de compartir! Esto es un ejemplo de lo que escucharían si hacen esta pregunta en sus comunidades. Ahora les comparto tres tips para que lideren esta actividad mucho mejor:

1. Prepara una atmósfera de confianza

Es importante crear un clima especial. Haz una pequeña oración para introducir este momento. Tu tono de voz es muy importante, habla calmado, pausado. Pídeles que intenten activar sus camaritas, invítalos a que se acerquen a su pantalla, eso ayudará a generar intimidad.

Si son más de 25, intenta hacer dos grupos para cuidar la cercanía. Después de presentarles la pregunta, puedes poner una canción para que vayan pensando sus respuestas. Te recomiendo esta de Ecuación sin fin llamada «Junto a los latidos», que me hace sentir el abrazo de Dios a mi corazón.

Es importante que digas que esto es voluntario, no obligues a nadie a participar, la libertad es de las banderas más bellas que nos propuso Jesús.

1. Oídos atentos, no es momento de dar consejos

Aquí amamos al hermano escuchándolo. Diles que no es un espacio para aconsejar, consolar, ni decirle nada a quien esté compartiendo, simplemente es momento de escuchar al hermano y ya.

Nos encanta dar consejos, pero este no es el momento. Y si nadie comparte, tranquilo, no tengas miedo al silencio, que aunque nadie hable, todos están viviendo algo por dentro.

2. Agradece, no te canses de hacerlo

Cuando un hermano comparta, dile ¡gracias! Lo que acaba de hacer es un acto de mucha caridad, nos está compartiendo su vida, lo sagrado de su corazón, lo íntimo de su historia. Para mí es algo sumamente valioso que alguien quiera abrir las puertas de su corazón y nos invite a pasar. No dejes de darle las gracias.

Este pregunta de «¿Cómo se siente tu corazón en tres palabras?» tiene dos grandes propósitos. El primero permitir que las personas saquen eso que llevan dentro, que muchas veces no tienen con quién más hacerlo.

Y el segundo, que la comunidad pueda conocer más cómo está el corazón de sus hermanos, para poder abrazarlos, acompañarlos y amarlos más como Jesús nos enseñó.

¡Mucho ánimo y disfruten las consecuencias!