

Mi primera reacción al ver este video fue la risa. La verdad es que me reí bastante con el formato, los bailes, la letra y demás elementos de este videoclip. Pero más allá del tono ameno y gracioso, el mensaje que quiere transmitir es bastante claro: la misa es algo serio y para asistir a ella se necesita una preparación.
Ahora bien, una pregunta que surge a partir de este video es: ¿Qué significa prepararse para asistir a la misa? Y es que parece muy difícil poder estar en forma para algo tan grande: la actualización del sacrificio de Jesús en la Cruz. La celebración de la Eucaristía es algo para lo que nunca vamos a estar preparados. El Papa Francisco nos advierte de esto cuando dice que “la Eucaristía no es un premio para los buenos, sino la fuerza para los débiles; para los pecadores es el perdón, el viático que nos ayuda a andar, a caminar”. Por esto, la primera preparación para la misa es la misa misma. En ese sentido, creo que no hay que esperar a estar listos para acudir a ella. Lo mismo se aplica cuando queremos invitar a asistir a personas que quizás todavía no están muy convencidas de su fe: Dios actúa de una forma muy particular en la Eucaristía, y esta actuación va más allá de lo que nosotros podamos medir.
Una perspectiva muy interesante para aproximarse a la Eucaristía es la que plantea el Concilio Vaticano II: “La Eucaristía es fuente y cumbre de la vida cristiana”. En ella aprendo a entregarme en mi vida cotidiana como el mismo Cristo se entregó por mí. Por lo tanto el amor que experimento en la misa me debe llevar a amar más al prójimo. Y de la misma manera el amor que vivo en las circunstancias concretas de mi vida, me lleva a participar mejor del sacrificio del altar. Es decir, no debe haber una diferencia entre mi vida cristiana “en la misa” y mi vida cristiana “fuera de la misa”, porque las unifica el amor de Dios que recibo y comparto.
Tomando en cuenta estos elementos, vale la pena repasar algunos medios concretos para prepararnos para la misa. En primer lugar está el conocer más sobre sus partes (puedes hacerlo revisando el link en la parte de arriba). Conocer más sobre sus partes es muy útil porque puedo participar mejor de aquello que me es familiar. Además, si es que me desconcentro fácilmente, puedo esforzarme por prestar atención en aquellas partes que son más importantes, como la lectura del Evangelio y las palabras de la consagración. Así me voy entrenando poco a poco a estar atento a toda la celebración.
[su_pullquote align=»right»]En la misa aprendo a entregarme en mi vida cotidiana como el mismo Cristo se entregó por mí. Por lo tanto el amor que experimento en la misa me debe llevar a amar más al prójimo.[/su_pullquote]
Otra forma de prepararme consiste en leer antes las lecturas y el evangelio de la misa. Tomarse unos minutos para meditar en la Palabra de Dios puede hacer que nuestra participación sea más intensa y dé más frutos. Llegar temprano y dedicar unos minutos a rezar antes de que inicie la celebración Eucaristica también ayuda a que el corazón esté mejor dispuesto. Podemos hacer lo mismo cuando finaliza la Eucaristía: rezar al finalizar el canto final para darle gracias a Dios y pedirle que nos ayude a vivir la misa durante toda la semana.
Para concluir, creo que este video nos puede hacer tomar conciencia de que la misa es algo serio (aunque el video no lo sea tanto) y que necesitamos estar en forma para poder aprovecharla al máximo. Para esto vale la pena pensar en alguno de los medios propuestos y buscar integrarlos en la propia vida.
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