

Tal vez sueñe extraño, pero quisiera contarte de unos sueños que tuve con frecuencia hace un tiempo atrás. Tenme paciencia un par de párrafos, luego te explicaré a qué viene todo este cuento.
En primer lugar, soy muy propensa a las pesadillas y a los sueños raros. ¿Ok? Habiendo entendido eso: hubo una época en la que casi cada día soñaba que caminaba en el aire, que podía dar zancadas en el vacío y sabía que podía dar pasos y pasos infinitamente sin tocar el piso. ¿Suena bonito? No, no lo era, porque siento vértigo y era una sensación horrible.
Como digo, en mi sueño, yo sabía que no me iba a caer. Pero sentía vértigo, un malestar terrible. Y pensaba (en el sueño): «No me voy a caer, puedo seguir caminando en el aire, pero siento que no lo controlo, quiero pisar el piso».
Bueno, esta serie de pesadillas llegó a su capítulo final. Pero cuando vi el siguiente video, «Seek Beyond» de Audemars Piguet, pensé «¡Ey, yo soñaba algo así!».
Confiar en Dios, ¿hermoso?
Si miras el video, puedes admirarte y exclamar: «¡Qué genial ver tantos paisajes desde arriba! ¡Qué increíble ha de ser poder sentir las nubes! ¡Qué vista, Señor, qué vista…!». Yo solo pienso que «se van a caer, no puedo seguir mirando, me mareo».
Pero en esa línea de pensamientos, sí reflexioné en algo un poco más profundo: así se siente confiar en Dios. ¿Es algo hermoso? Sí… pero, ¿da vértigo? También.
Queremos, como decía en mi sueño, «pisar el piso» que nos parece tierra firme. Porque el de Dios, parece que nos hace tambalear. Pero solo en Él es donde verdaderamente podemos pisar seguros.
Si confiamos en Dios, no vamos a caer. O, al menos, volveremos a «caer en sus manos», como se dice. Pero no te preocupes si en ese abandono sigues sintiendo vértigo; no significa que no estés correspondiendo de la manera en que Dios te pide. Es natural.
Pienso, en retrospectiva, que es algo como el sueño que te contaba: «sé que no voy a caer, pero tengo miedo». Y pienso, ahora, que es precioso empezar así una oración. Desde la vulnerabilidad, diciéndole a Dios «sé que eres suficiente, sé que tus planes son suficientes… pero yo no me siento suficiente, yo solo siento miedo y no sé cómo sacudírmelo».
Te prometo que la respuesta a Dios ante esa confesión será igual de preciosa. Tal vez algo como: «¡Pero los paisajes que verás a mi lado…! ¡Piensa en las nubes, piensa en la vista, piensa en la compañía divina, en la mano a la que puedes aferrarte…!».
«Seek beyond»
Confiar en Dios y en sus planes nos empuja a «buscar más allá» de lo que inmediatamente nos atrae, de lo que podemos palpar, de nuestras seguridades, incluso con o a pesar de – como decía arriba – nuestros miedos.
Pienso en san José. Cuando se entera de que su esposa está embarazada y un sentido de misterio lo embarga, cuando siente el conflicto, mientras experimentamos la tensión que se respira en el Evangelio… Dios le envía un anuncio que lo invita a mirar más allá de lo que él podía ver: «seek beyond». «Busca aún más allá: no solo serás protector y proveedor de María y Jesús… serás esposo de la Madre de Dios, serás padre de Dios Hijo, ¡eres parte muy importante de esta misión!».
Tal vez nos pase algo similar cuando estamos correspondiendo a lo que Dios nos ha pedido y, de pronto, escuchamos su voz: «Más, un poco más, más alto… busca más allá, te pediré más, pero porque tengo algo aún más grandioso de lo que aún apenas vislumbras…».
Volviendo al ejemplo de san José, a él no le habrá faltado un santo temor, pero con seguridad tampoco le faltó la obediencia y la fidelidad: escucha la Voluntad de Dios e inmediatamente, apenas despierta, responde a la llamada divina que le había sido comunicada. Confía, actúa.
A él «le bastaba ser lo que Dios había querido que fuese» (del libro «Los silencios de san José»). A nosotros también nos basta confiar en Dios. «Bastar» no como sinónimo de resignación, sino como de llenarnos por completo. Satisfacer esa sed, ese anhelo, que apunta alto… muy alto. Hasta el Cielo.
Pidamos a Dios y, de paso, al soñador de san José: «Que no me asuste soñar con volar muy alto».
Hola me sigue constando soltar y confiar en él, a pesar de estar consciente que el me ayudara a sentirme libre y sorprenderme de la vida…
Algún tip práctico?
Porque entiendo las palabras pero me cuesta trabajo aplicarlo a la vida, me ayudan de favor?
Saludos!
Amén 🙏
Muchas por el miedo que nos invade diariamente nos cuesta ver las maravillas de Dios en nuestras vidas, pero leyendo esto me hace creer en pedirle dirección a Dios en mi vida, a donde quiere dirigirme para cumplir su propósito en vida.
Gracias Mabe por l reflexión y así es la fe ,entregarse sin reservas en las manos de Nuestro padre Misericordioso pero a veces cuesta ,elevar nuestra alma ,,pensamientos a Dios y quiero unz falsa seguridad y Dios siempre nos mueve a dar un salto tomada de su mano..
Te agradezco por tu reflexión me ayudó a comprender que debo confiar más en Dios mirarlo a el y pedirle cada día, Creo señor pero aumenta mi Fe.Dios te bendiga siempre.
Cada día tenemos una misión y no debería atormentarnos el hecho de querer conocer de inmediato eso que Dios pensó para cada uno de nosotros, vive cada día CONFIANDO EN DIOS, déjate sorprender por él.