como tomar decisiones

¿Cómo tomar decisiones? La vida está llena de ellas. Algunas cotidianas como «¿qué me pongo hoy?» o «¿qué preparo de almuerzo?». Luego,  otras más complicadas como «¿qué estudio en la universidad?», «¿me cambio de trabajo?», «¿termino una relación?».

«¿Cómo tomar decisiones… a pesar del miedo?»

como tomar decisiones

Muchas veces resulta difícil enfrentar estas situaciones y decidir qué hacer, pues existe el riesgo a tomar una decisión equivocada que afecte toda nuestra vida. Sobre todo cuando somos jóvenes y empezamos a tomar responsabilidades «adultas» que pueden parecer aterradoras. En esos momentos, incluso llegamos a sentirnos incapaces.

En la vida todos tenemos momentos donde sentimos miedo. Esto puede llegar a ser paralizante e inclusive puede detenernos de alcanzar esa prosperidad y vida en abundancia prometida por Jesús en San Juan 10:10: «pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia».

Si has sentido este miedo a la hora de tomar decisiones, te comparto cuatro pasos que puedes seguir.

Paso 1: dobla las rodillas

como tomar decisiones

El mejor lugar para discernir es cualquier lugar donde podamos cerrar nuestros ojos y hablar con Dios desde la intimidad de nuestro corazón. La oración tiene poder y nos permite llenarnos de la fuente de amor inagotable que existe al estar en la presencia de Dios.

Si no sabes por dónde empezar, simplemente cuéntale cómo te sientes. Él es el amigo que nunca falla. A través de la oración habla a nuestros corazones, no para decidir por nosotros, sino para que, mediante su palabra, podamos tomar decisiones que traigan paz a nuestra vida. Abandónate en sus promesas y ten por seguro que las mejores decisiones se toman de rodillas.

Paso 2: agudiza el oído. Déjate guiar por el Espíritu Santo

Uno de los dones del Espíritu Santo es el discernimiento. Consiste en la capacidad para identificar qué es lo mejor para nuestras vidas, considerando lo que nos acerca a Dios. Nos ilumina para saber distinguir entre lo que nos trae bendición o no.

Es con ayuda de su Espíritu como podemos tener una verdadera libertad y vivir confiados en que aunque el camino sea difícil. Este, al igual que los demás dones, no es un premio a la santidad, sino un regalo para todos quienes lo necesitamos: lo único que tienes que hacer para recibirlo, es pedirlo.

Paso 3: extiende el brazo… y acepta el acompañamiento espiritual

Cuando pienses en cómo tomar decisiones, recuerda que ¡no estás solo! Entre todas las bondades de la vida cristiana en comunidad se encuentra el acompañamiento y dirección espiritual.

Como un acto de humildad, busca a una persona que pueda ser tu apoyo en este camino. Alguien que te oriente a la luz de palabra de Dios y te enseñe las herramientas para crecer en tu comunión con Cristo. Puede ser un sacerdote o un laico comprometido.

Paso 4: ensancha el corazón y ¡ama!

Cristo conoce nuestros temores y lo primero que nos pide no es ser valientes, sino simplemente que le amemos y nos dejemos llenar de su amor. Él nos dice en Su palabra que donde hay amor no hay miedo.

Este amor produce confianza, la cual a su vez nos permite vencer el temor. A medida que nos dejamos llenar de su amor, nuestros miedos desvanecen. Si el miedo es paralizante, el amor es movimiento y nos da la capacidad para avanzar.

Permítete ver diariamente los detalles de amor que Dios tiene en tu vida: un paisaje, las olas del mar, una mariposa, el abrazo de un ser querido, una obra de arte… toda la creación nos habla del Creador. Él ha hecho todo lo que existe para mostrarnos Su amor inmenso.

Sabernos amados por Cristo cambia nuestra perspectiva, nos da la capacidad para vivir en plenitud y vencer el miedo.

«¿Y cómo tomar decisiones… cuando podría equivocarme?»

como tomar decisiones

Cristo nos ha dado la libertad para decidir por nosotros mismos, hasta para elegir si estar cerca o lejos de él. Optar o no sus caminos.

Incluso si te equivocas y cometes miles de errores en el camino, ¡con Dios siempre tienes nuevas oportunidades! Aunque parezca que todo está perdido, ¡con Él a tu lado tienes todo ganado!

Aun si cometes un error ¡puedes volver a empezar de su mano!

«Aunque pase por el más oscuro de los valles,
no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu bastón me inspiran confianza. »

Salmo 23.4