cómo ama Dios

Millones de canciones nos hablan del amor incondicional y del amor eterno, ¿y quién no desea conseguir uno así? La canción «Hear My Thoughts» de Taylor Swift y Selena Gómez es una poesía a ese amor con el que deliramos (y también nos da una referencia a cómo Dios nos ama).

Sentimos un hondo anhelo de ser valorados

Muchos de nosotros damos muchas vueltas buscando sentirnos amados, apreciados y reconocidos. Esto lo buscamos en los estudios, en el trabajo, e incluso en otra persona. Al final, la sensación que nos queda es que desperdiciamos el tiempo, las noches, y que sin darnos cuenta, nos lanzamos a los brazos de cualquier persona con la intención de sentir un poco de amor, como lo expresa la canción.

La letra seguramente fue compuesta con la intención de describir el amor dentro de una relación de pareja. Aun así, si nos detenemos, la composición encaja celestialmente como un himno que describe el amor que Dios tiene hacia sus hijos, porque nos habla de la grandeza y nobleza, del afecto más puro.

De un amor fiel e inagotable, capaz de nadar contra corriente, que es vida, luz y refugio. Un amor que experimentamos en profundidad cuando tenemos una intimidad real en la cotidianidad y en el día a día con Dios.

«Tu amor está sobre los cielos y tu fidelidad sobrepasa las nubes… en ti se halla la fuente de la vida, y es por tu luz que vemos la luz» (Salmo 36, 5-12)

¿Cómo ama Dios y cómo nos busca?

La cantante expresa que anteriormente estaba equivocada, ciega, y no quería escuchar, y que «él» (a quien se la dedica) la esperó pacientemente y le mostró cómo es el amor.

Y así es el Señor. Él nos busca sin cansarse, nos habla y nos espera pacientemente, porque él nos ama, nos cuida, nos protege, porque para él somos valiosos, escogidos; y en Dios, tenemos grandes propósitos.

«Porque tú eres un pueblo santo para el Señor tu Dios; el Señor tu Dios te ha escogido para ser su pueblo de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra» (Deuteronomio 7, 6)

Ceguera espiritual

Esta canción también nos puede recordar esa «ceguera espiritual» que a veces cargamos, aun cuando ya conocemos a Dios, y sentimos que nos quedamos sin fuerzas, levantándonos solos de nuestras caídas y errores.

Sin embargo, no debemos olvidar que él siempre está en nuestras subidas y bajadas, en los momentos oscuros, en las situaciones donde hemos fallado y pecado, y que Dios conoce cada uno de nuestros defectos y equivocaciones, y aun así decide quedarse junto a nosotros, apostarlo todo por ti y por mí.

Él nunca se va, porque nos ayuda a darnos cuenta de nuestras faltas, nuestro pecado, para reparar y seguir adelante, inundando y anunciando a otros de este amor que ya hemos encontrado.

«Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no peques más» (Juan 8, 11)

Un cántico al amor… una referencia a cómo Dios nos ama

Esta es una canción que bien podríamos dedicarle a una pareja, un himno entre esposos que se juran amarse para siempre, una canción que cantaríamos a todo pulmón en el baño mientras las gotas caen, tratando de gritar que eso es lo que soñamos: un amor eterno y auténtico que siempre esté con nosotros.

Esta melodía se la dedicaría sin pensarlo dos veces a nuestro Abbá Dios, se la susurraría ante su altar (aunque no sea sacra).

En medio de un mundo en el que creemos que no hay cabida para el romanticismo y el amor de pareja, inundado de letras pasadas de tono y ritmos monótonos, esta canción resulta esperanzadora, llena de ilusión y magia.

Su letra nos muestra un amor duradero como el que se nos habla en 1 Corintios 13, que tiene su raíz en el amor perfecto y puro que nuestro Padre Dios nos tiene a nosotros, sus hijos.

Artículo elaborado por Diana Marcela Yepes