

No soy fanática del fútbol, pero debo admitir que los comerciales que las marcas sacan en estos tiempos son verdaderamente inspiradores. Quiero compartirte un comercial del Mundial, de la cerveza Victoria, que me hizo pensar en la búsqueda verdadera del cristiano.
Pero antes, míralo y luego lo comentamos:
¿Todos están en nuestra contra?
Este comercial del Mundial nos puede recordar lo siguiente: muchas veces podemos pensar que la gente está en nuestra contra. Incluso – y es lo que más duele – cuando queremos hacer bien las cosas. Queremos jugar el partido ¡y ganarlo!, pero nos desanima cuando escuchamos las críticas.
«No eres más santo porque te alaben, ni peor porque te critiquen», dice en Imitación de Cristo. Aunque sintamos que tenemos al mundo en contra, hay alguien que venció al mundo y te alienta desde las gradas. Es más, te alienta junto a ti.
Sin embargo, tampoco se trata de dormir sobre laureles e ignorar todas las críticas. ¿Hay algo de verdad? ¿Es un comentario mal intencionado o es una corrección fraterna? Si no aprendemos a distinguir la diferencia, podemos pensar que sí, que todos están en nuestra contra. Y tal vez no sea así.
Lo importante es el corazón en el campo
Suelen decir que santo no es el que cae, sino el que se levanta, ¡y es así! Lo importante es, como decía el comercial, «dejar el corazón en el campo». Dar ese pequeño paso extra, cansarse un poco con tal de alcanzar la medalla.
«Los atletas se privan de todo; ellos, para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita» (1 Co 9, 25). A veces podemos pensar que ese cansancio es exagerado o que ya no son tiempos para buscar pequeñas mortificaciones.
Pero siempre es tiempo de hacer ese pequeño esfuerzo adicional, que Dios nos lo pide, pero no exige. Nos pide, pero no apura. Deja a nuestra libertad, para que seamos nosotros los que nos decidamos a alcanzar la victoria. Pero Él no nos deja solos, Él acompaña en ese proceso para hacernos más llevadero el camino, aunque no deje de costar.
«Lo tenéis todo para convertiros en leyendas»
Tenemos la gracia de Dios, tenemos los sacramentos, tenemos a Cristo mismo. Gracias a Él, además, hemos sido adoptados por Dios. Como hijos de Dios, lo tenemos todo, porque le tenemos a Él.
Todos los medios están a nuestro alcance. La cuestión es aferrarnos a ese tesoro que cargamos “en vasijas de barro”.
Salir al campo y demostrar que la victoria es nuestra
Salir al campo es evitar estar encerrados en uno mismo. Ir en busca del hermano perdido, abrazarlo y alegrarse cuando vuelve a casa. Solo cuando salimos de nosotros mismos, encontramos lo que buscamos y que, irónicamente, está muy dentro nuestro. Porque lo que llevamos en el corazón es lo que podemos dar.
Hay cosas que atajan: el miedo a equivocarse, la vergüenza ante «el qué dirán», el sentimiento de culpa ante el pasado, entre otras. Pero, como dije antes, Cristo alienta por nosotros y solo nos pide una cosa: que nos animemos a salir al campo.
Porque la victoria ya ha sido ganada, Él la ganó en la Cruz. Pero Él quiere compartirla con nosotros.
Ah, y una nota final: en el comercial que te compartí, podemos ver el escepticismo y desánimo que empapa el ambiente. Ni fans ni jugadores están tan convencidos de la victoria. Irónicamente, cuando la selección jugó en el Mundial, ganó 7 a 0. Si en asuntos humanos podemos llevarnos estas sorpresas, de seguro en el plano sobrenatural podremos vernos grandiosamente sorprendidos, si confiamos.
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