

Vamos al grano y dejémonos de rollos. Así como para preparar una receta hay que tener los ingredientes o como para irte de viaje necesitas hacer maletas, para iniciar una relación amorosa también hay que cumplir con ciertos requisitos.
Si lo que quieres es un noviazgo serio, claro. Si lo que anhelas es amor del bueno y no uno a medias y si llegaste a un punto en tu vida en el que tienes claro si deseas o no, atreverte a amar. Porque el amor es para valientes.
1. Tengo claro lo que valgo



¿Soy consciente del valor infinito que tengo?, ¿sé que al igual que todos, también merezco que otra persona me ame de verdad?, ¿sé que a pesar de no ser perfecto tengo la capacidad de amar sin medida?, ¿tengo claro lo que quiero ofrecer y lo que estoy dispuesto a esperar?
2. Me amo tal y como soy



Siempre habrá algún aspecto físico o de nuestra personalidad que no nos guste del todo, pero podemos trabajar para ser mejores personas en todas las esferas (física, mental o emocionalmente hablando) y siendo conscientes de ello, nos amamos.
No solo me amo, me acepto, me respeto y me valoro por todo lo que soy. Por todo lo que he sido capaz de superar y por todo lo que he tenido que vivir para llegar al lugar en donde estoy y ser la persona que soy hoy.
Si no nos amamos a nosotros mismo o nos esforzamos por lograrlo, ¿cómo vamos a amar a otra persona?
3. Deseo entregarme por completo



¿Quieres una relación amorosa buena, sana y fuerte?, ¿esta vez quieres hacerlo bien y estás convencido de que puedes entregarte?, ¿eres consciente de que en una relación siempre hay que esforzarse?
¿Entiendes que tu corazón y el del otro son un tesoro que debe cuidarse?, ¿tienes claro que el amor se alimenta a diario y que mantenerlo vivo no es cosa de un día o de unos meses?
4. Tengo definidos mis «no negociables» en una relación amorosa



Hay muchas cosas en la vida que no se negocian. ¿Quieres tirarte de paracaídas? Tienes que llevar un paracaídas. ¿Quieres convertirte en doctor? Tienes que estudiar medicina.
¿Quieres estar en forma? Tienes que hacer ejercicio. ¿Quieres dejar un mal hábito? Tienes que esforzarte. ¿Quieres comprarte una casa? Tienes que trabajar para ello.
Ahora, cuando se trata de relaciones, también tú puedes hacer una lista de «no negociables», que es diferente para cada uno, porque todos tenemos sueños distintos y a nadie se le obliga a nada.
- Quiero casarme = no aceptaré vivir en unión libre
- Quiero tener hijos = no tendré una relación con una persona que no desee ser padre
- Soy una persona que aspira alto en todos los niveles = no estaré con una a la que no le guste trabajar, no tenga motivaciones, metas o sueños por cumplir
- Defiendo la vida = no podré estar con una persona que esté a favor del aborto o la eutanasia
- Considero a mi familia y a mis amigos parte fundamental de mi vida = no podré estar con una persona que me «prohíba» compartir tiempo con ellos o me impida verlos
- No consiento el maltrato físico o psicológico = no podré estar con una persona que me lastime de esta manera
La lista puede seguir y será corta o larga dependiendo de lo que tú desees en una relación amorosa.
5. He sanado mis heridas



Una vez escuché que es casi imposible vivir sin heridas, y creo que es verdad, la vida va de eso, de caerse y volverse a levantar.
Así que cuando queramos iniciar una relación es cierto que se deben haber sanado las heridas «más grandes» por decirlo de alguna manera.
Por ejemplo: no puedo iniciar una relación cuando todavía no supero lo que me hizo mi ex novio. Tampoco puedo iniciar un noviazgo si aún guardo un profundo resentimiento contra esa otra persona que me lastimó, me mintió o me engañó.
Tengo que haber pasado por un proceso de sanación para no llegar a otra relación cargada de rencor, odio, desilusión o desconfianza.
Pero también es cierto que hay otras heridas, unas más profundas o pequeñas a las que les ha costado mucho más tiempo sanar y que tal vez solo salen a la luz cuando ya estamos en una nueva relación.
Son heridas que quizá nos han acompañado desde la infancia y que seguramente ya no recordábamos. Muchas de esas heridas también pueden sanarse gracias a ese nuevo amor y entrega que recibes de tu pareja.
Resumen: sana las heridas grandes, pule tu corazón y sé consciente de que habrá otras que sanen durante esa nueva relación que tendrás.
6. Al iniciar una relación amorosa, soy consciente de que me tendré que esforzar



Esto parece obvio, pero en la vida real y en medio de la rutina, puede olvidarse. Se nos puede olvidar que siguen siendo importantes los halagos, las palabras lindas, los detalles, las citas, los abrazos inesperados o los besos largos.
Nos esforzamos mucho por la relación al principio, queremos lucir más atractivos, nos preocupamos de cosas triviales como qué ponernos, qué perfume usar, qué regalo comprar en las fechas especiales, qué lugar visitar para una cita, todo nos importa, todo nos hace ilusión.
Pero a medida que pasa el tiempo todos esos pequeños detalles pasan a otro plano, parece que la idea de sentir que tenemos a esa persona «asegurada» nos hace pensar que ya no debemos esforzarnos.
Surge inconscientemente la idea de: «Mi meta era conquistarla, hacerla mi novia y luego mi esposa. Ya lo logré, ya cumplí mi meta, ya no me esfuerzo más».
Pero la meta en una relación es el cielo, no podemos escatimar en la entrega, en olvidar que todos los días de nuestra vida decidimos amar a esa otra persona.
Decido amar a mi esposo, decido hacerlo sentir especial, decido hacerlo feliz, decido ser detallista con él. Decido que el amor perdure y por eso me hago consciente de que si quiero que lo nuestro funcione y dé frutos, me tengo que esforzar.
7. No me voy a conformar con menos de lo que estoy dispuesto a dar



No te conformes, te lo pido. No te conformes con ese amor a medias que te ofrece otra persona, no te conformes con las mil disculpas, las flores o las promesas que te hace luego de que te miente, te lastima, te humilla o te falla por décima vez en la semana.
No tienes que soportar algo que no está bien, no tienes que seguir en una relación tormentosa, una que te hace sentir la mayor parte del tiempo infeliz, inseguro o con miedo.
Escucha a tu corazón, hazle caso a esa voz que te dice que ese no es tu lugar. No temas ser exigente en tu noviazgo y tampoco temas decir «hasta aquí llegué».
El noviazgo es la oportunidad perfecta para que ambos se conozcan y para que cada uno en libertad decida si quiere continuar o terminar.
8. Acepto el riesgo de poder equivocarme



Idealizar una relación amorosa es muy fácil, imaginarte cómo puede ser ese noviazgo que tanto quieres también lo es, no cometas el error de cerrarte a la oportunidad de enamorarte por el miedo a equivocarte.
El hecho de tener las cosas claras y el corazón preparado no quiere decir que a la primera todo te salga bien. Nada te garantiza que las cosas terminen justo como tú quieres.
Puede que lo estés haciendo lo mejor posible, que te estés entregando como nunca, que estés lleno de ilusión, pero que esa otra persona desafortunadamente no esté en la misma sintonía que tú.
Puede que la relación, después de meses o incluso años, no dé los frutos que esperabas y tengas que cortar. Antes de iniciar un noviazgo ten esta idea presente: debes aceptar el riesgo de poder equivocarte.
Si tienes esto claro y las cosas fallan, no te va caer de golpe la desilusión (o al menos va a doler un poco menos). Simplemente vas a saber que esto podía pasar, recuerda que de cada persona que conocemos se puede aprender y que tal vez la próxima vez todo salga bien.
9. No tendré prisa



Saber lo que quieres en un noviazgo no debe ser sinónimo de ir a toda velocidad. No tengas prisa en reencontrar a la persona correcta, tómate las cosas con calma aunque tu corazón intente ir a otro ritmo.
No salgas al mundo pensando que vas a encontrar a esa otra persona a la primera. Que van a iniciar una relación a las pocas semanas de conocerse, que se van a casar en dos meses o que formaran una familia en un abrir y cerrar de ojos.
Ve despacio, con calma y seguridad en cada paso que das. Las cosas buenas toman su tiempo.
10. Confío en Dios



Déjale a Él todo el miedo, la inseguridad o la ansiedad que te causa esta situación. Confiésale cuáles son tus mayores temores, pero también tus más grandes anhelos.
Nadie te conoce como Él, confía en que te brindará el consuelo y la fortaleza que necesitas. Con Dios nunca hay nada que perder, al contrario, todo es ganar si le permites entrar en tu vida.
Reza por la intención que tienes de conseguir pareja y ora por esa otra persona, aunque todavía no la conozcas. Yo lo hice y Dios me sorprendió dándome mil veces más de lo que le había pedido.
Gracias por compartir este post tan importante a la hora de un discernimiento matrimonial. Les comparto un artículo sobre un sacerdote en España que ayuda a encontrar parejas que quieran vivir un matrimonio católico. Dios los bendiga! https://es.aleteia.org/2023/03/07/este-sacerdote-busca-pareja-a-jovenes-catolicos-a-traves-de-whatsapp/
Actualmente estoy en conversación con una chica de otro país, se podría decir que en parte la conocí gracias a un curso, que recibí en catholiclink estoy orando para que sea acá.