Nada muestra mejor el amor de los hombres y la bondad de nuestro Creador como el hecho de haber dejado las noventa y nueve ovejas para buscar aquella que se había perdido (cf. Lc 15:4). Debes estar atento y ejercitar tu celo, tu caridad, tu fervor, todos tus cuidados, tus súplicas ante Dios, en favor de aquel que está completamente perdido. Pues allí donde las enfermedades y las heridas son graves, sin ninguna duda se otorgarán grandes recompensas. — La Santa Escala. Pag, 175