![]()
Estoy convencido de que solo podemos realizarnos plenamente en la medida en que percibamos las llamadas que diariamente nos dirige la vida y consintamos en responder a ellas: llamadas a cambiar, a crecer, a madurar; a ensanchar nuestros corazones y nuestros horizontes; a salir de la estrechez de nuestro corazón y de nuestro pensamiento para aceptar la realidad de un modo más amplio y más confiado. Estas llamadas llegan a nosotros a través de acontecimientos, del ejemplo de personas que nos impactan, de los deseos que nacen en nuestro corazón, de las peticiones que nos llegan por parte de un allegado, del contacto con la Sagrada Escritura o por otros medios. Tienen su origen último en Dios, que nos ha dado la vida, que no cesa de velar por nosotros, que, con ternura, desea conducirnos por los caminos de la existencia, y que interviene permanentemente, de un modo discreto, a menudo imperceptible pero eficaz, en la vida de cada uno de sus hijos. Esta presencia y esta acción de Dios, aunque desgraciadamente quedan ocultas a muchos, se revelan a aquellos que saben adoptar una actitud de escucha y de disponibilidad – Llamados a la vida.
Jacques PhilippeJacques Philippe
Si te gustó el post, puedes compartirlo
Si el material no funciona o tiene algún error ortográfico, por favor repórtalo
Gracias! Trataremos de resolver esto lo antes posible
Te hemos enviado un correo para confirmar tu subscripción