

Si hacemos la oración en casa, tratemos de encontrar un rincón adecuado y tranquilo, con alguna imagen de la Virgen o el Crucifijo, y todo lo que pueda ayudarnos. Necesitamos los signos sensibles; por ese motivo el Verbo se hizo carne, y haríamos mal en desdeñar esas cosas, en no rodeamos de objetos que ayuden a nuestra devoción. Cuando se hace difícil, una mirada a esta imagen nos permite situarnos de nuevo en la presencia de Dios. — Tiempo de Dios. Pag, 38