

Miremos y examinemos con mucha atención y vigilancia qué es lo que debemos hacer en cada tiempo. Porque algunas veces, cuando somos reprendidos por nuestro pastor, nos conviene callar y sufrir alegremente, y otras veces conviene dar razón de lo que hicimos. A mi entender, debemos siempre callar en aquellas cosas que redundan en ignominia nuestra, porque entonces es tiempo de ganar; mas en las cosas que redundan en perjuicio de otro, debemos dar razón y establecer la verdad, pues a ello nos obligan los lazos del amor y la paz. — La Santa Escala. Pag, 46