Dios no puede derramar algo donde ya está todo lleno de otras cosas. Jesús lo dijo: «No se puede servir a dos señores», refiriéndose a Dios y al dinero. La pobreza, el desprendimiento de todo lo que nos ata y nos aleja de Dios, sea o no material, nos deja «vacíos», para que Dios puede entrar plenamente en nuestro corazón. Las cosas deben ser siempre un medio, nunca un fin en sí mismas. — Pensamientos de la Madre Teresa. Pag, 11