

Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios. Dios siempre cuida de sus criaturas, pero lo hace a través de los hombres. Si alguna persona muere de hambre o pena, no es que Dios no la haya cuidado; es porque nosotros no hicimos nada para ayudarla, no fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño abandonado. No cierren las puertas a los pobres; porque los pobres, los apestados, los caídos en la vida, son como el mismo Jesús. — Pensamientos de la Madre Teresa de Calcuta. Pag, 10