

Virgen María, estoy loco, no sé lo que pido, no sé lo que digo; mi alma desbarra, no sé lo que siento. Mis palabras son torpes y mal arregladas, pero tú, Virgen María, Madre mía, que ves los anhelos de todos tus hijos, sabrás comprender. — La Virgen Madre, punto 304