

Suele usar nuestro Señor de una maravillosa dispensación con los principiantes y nuevos guerreros, templando y moderándoles las primeras batallas, porque no se vuelvan al mundo espantado de la grandeza del peligro.
Por tanto, gozaos siempre en el Señor, en todos sus siervos: y tomad esto por señal de su llamamiento, y de la piedad y providencia paternal que tiene de vosotros —Libro de la escala espiritual, 12.