La gran razón que nos hace temer la muerte es el hecho de que no estemos preparados para ella. La mayor parte de nosotros muere una sola vez, cuando deberíamos haber muerto mil veces; es más, cuando deberíamos haber muerto una vez por día. La muerte es una cosa terrible para aquel que muere solamente cuando se va de este mundo; pero es una cosa hermosa para aquel que muere antes de morir.
Hay una interesante inscripción en la tumba de Escoto Erígena en Colonia, que dice: «Semel sepultus bis mortuus»: una doble muerte precedió su entierro. No hay un viajero sobre cien que entienda el misterio de amor que ocultan estas palabras – Conozca la religión.